Once more

Permítannos el anglicismo ,pero una vez más nos parece conveniente insistir sobre el bajo nivel de nuestro rugby gipuzkoano. Nadie escribe nada, no se oyen comentarios discutiendo tácticas, técnicas, actitudes ni aptitudes. Y esto en todos los niveles, de directivos hasta arbitrajes, pasando por federativos, entrenadores y jugadores. Los únicos que se libran, relativamente, son los espectadores, que aguantan verdaderos ladrillos con tal que gane el de casa. Y así nos va. Una muestra, el partido de nuestro máximo nivel entre Hernani y Ordizia, en Landare Toki. Un Ordizia con la columna vertebral de extranjeros, juega con lógica, desgasta a la delantera de Hernani durante media hora, y se impone con facilidad en el partido. Hasta ahora nada raro, salvo que uno juega con los de casa y el otro no. Bueno, nadie puede considerarse engañado, pues todos conocemos que para mantenerse un año en Honor "A", puede hacerse con la filosofía de Hernani, en tanto que para mantener opciones a campeonar, se necesitan refuerzos de fuera, ya que, no en Gipúzkoa, sino en España, no hay jugadores de calidad para componer un equipo que esté a la altura de Federale 1 francesa (la tercera división), y ahí queríamos llegar. Se habla de dinero, pero con catorce jeques árabes petroleros, no levantamos esto. Somos nosotros los que tenemos que hacerlo, dando importancia humanista a todos los jugadores, relacionándonos con sus familias en la medida de lo posible. Interesándose por sus estudios y colaborando con sus horarios, exámenes, etc.. Ayudando a través de contactos personales con personas influyentes de empresas, a colaborar con el interesado en lograr un puesto de trabajo, aunque sea con horarios poco compatibles con los entrenamientos. Su publicidad será impagable por el prestigio que esa actitud socialmente generosa supone para la institución. Valorando el humanismo en la contratación de los educadores-entrenadores, sin olvidar, por supuesto, su capacidad de comunicación, ya que conocimientos de rugby se le suponen. Pero si luego entrena como en la antígua "mili", la deserción cuando llegan a "senior" está asegurada. Ya es hora de que se empiece a enseñar, al menos a partir de juveniles, por conceptos, no por consignas. Estamos seguros de que los jugadores de Hernani, con los que simpatizo al cien por cien, hacen virguerías en los entrenamientos, pero no les preparan para reaccionar cuando enfrente hay un equipo con otra mentalidad de juego, y al que hay que adaptarse cuando son ellos los que tienen el balón. Y entonces nos perdemos, porque la defensa no solo es placar, sino además, llevar al contrario a posiciones desfavorables para ellos, ocupación de espacios, cortinas defensivas, TERCERA LINEA , pensar en velocidad, y rectificar en carrera según posiciónes del atacante, eta abar. No digamos cuando tienen el balón. Salvo el "maul", que les está librando la temporada, el resto de fases es un desastre. Las "touches" se tiran torcidas hasta en el calentamiento, sin contrarios, sin presión, sin ...técnica. Los delanteros pasan más tiempo en el suelo que de pié, ocultando el balón y pasando el tiempo en un claro fraude al espectador. Todo para ganar tres metros en cinco minutos de esfuerzo colectivo y arriesgado, y eso en el mejor de los casos, porque en otros se pierden balones limpios por entrar al contacto sin posibilidad de progresar, puesto que si tienes las dos manos con sus consiguientes brazos agarrados al balón, y el contrario los tiene libres para placar, ustedes me dirán el resultado. Siii, ya sabemos eso de asegurar el balón, de concentrar contrarios, etc., pero demostramos en el campo con un balón en la mano, que eso es un cuento chino, y que me perdone Konfuzio. Y de la línea, ¡qué decir!. De juveniles jugaban mejor. Hay una displicencia total para transmitir el balón. La mayor parte de las veces a pié cambiado (lo que reduce mucho el campo de visión), con los antebrazos, con lo que se pierde precisión , con el centro de gravedad alto, lo que coloca el balón en las nubes y hay que saltar a cogerlo, perdiendo velocidad en la carrera y exponiendo las partes más vulnerables del cuerpo al placaje del contrario, and soon. Y de la condición física (la condición atlética la dejo aparte), para qué hablar. Muchos espectadores corren más que algunos de los jugadores que está viendo. Se puede (y se debe) hacer mucho más en preparación física. No hay movimientos "eléctricos" en la línea. Los escasos contrapiés son lentos, sin apenas desplazamiento lateral, y telefoneados, porque se parte de una posición anatómica desfavorable. ¿Dónde coño están los entrenadores? Si lo hacen hasta en los calentamientos pre-partido ... El juego de pié. Libro a Igor Genua, que es un auténtico Mariscal de Campo, y posiblemente el mejor jugador que ha dado Hernani en sus casi cincuenta años. Los demás, incluido Oier, que lo maneja discretamente, mucho que mejorar. En un pais de futboleros, tendríamos que tener un nivel mucho más alto. Decir, para que quede claro, que un "Up and Under" es aquél que se llega a disputar con el contrario a la bajada del balón; si no es así, es librarse del balón tontamente, para entregárselo al contrario. Hemos contabilizado demasiados desde el Cisneros la pasada temporada, pasando por aquél partido contra el Independiente (al que se le metieron más de cuarenta), y que los cuatro balones contados que tuvieron se le entregaron en sendas "patadas a seguir" (de lejos), hasta el último contra Ordizia (no estaba Oier). Y para que me hablen de "pasta", el balón que metió Kroll a ras de suelo dejando el ensayo a Corey Simpson, no es cuestión de dinero, sino de concentración y técnica básicas, al alcance de cualquier esquema intelectual del cien por cien de nuestros jugadores si son entrenados por principios lógicos. Con lo fácil que es romper una defensa presionante, si se tiene técnica de juego de pié (no hablo de chutar a palos). Y cambiar el ángulo en ataque, que todos los equipos, en todos los partidos, contra equipos diferentes, se colocan en el mismo ángulo de profundidad. Lo único que ha cambiado para bien, es la posición de los alas, que al menos en el Hernani, los maneja estupendamente Oier, ocupando espacios adecuadamente. ¡Ah! Y para acabar, por el momento. A ver si le damos la importancia al Tercer Tiempo, que se está convirtiendo en algo rutinario, cuando es el momento ideal para demostrar todo eso de los valores, etc.etc. que tanto proclaman algunos, incluidos los árbitros, que son los que no deben faltar a ningún Tercer Tiempo demostrando su condición de deportistas rugbyzales.