Tenemos que decirlo

Nos desagrada el asunto que tratamos hoy, pero sentimos la imperiosidad de hacerlo, por el bien del rugby, y del respeto a todos nuestros compañeros de vida en el planeta. El Humanismo como bandera, y así se entiende a la primera.

Como primer ejemplo, el comportamiento de la Sociedad Civil Neozelandesa, que con sus reacciones y comportamiento nos presenta las pautas a seguir a todos los que por estos y otros lares minimizamos, cuando no disculpamos, comportamientos como los que describimos a continuación.

Octubre del 20l5. Wellington (Nueva Zelanda). Un equipo, Wellington Lions. Un club, Wellington Rugby. Un Juez, el Presidente de la NZRU (New Zealand Rugby Union), el Jefe del Estado de Nueva Zelanda, el Herald of New Zealand, las Redes Sociales y la reacciòn de la sociadad civil.
Como protagonista principal, Filipo, jugador del Wellington Lions, DIECISIETE AÑOS el "angelito". Los hechos: Agresión del jugador a CUATRO personas en el centro urbano de Wellington. Dos hombres y dos mujeres. Uno de los hombres, ocho meses de baja absoluta como


 consecuencia de los golpes, y una de las mujeres, modelo de profesión, obligada a hacerse una operación de estética para reducir el destrozo causado por la agresión.
El Juez, que entiende el delito como incurso en reclusión de dieciocho meses de cárcel, absuelve sin embargo al inculpado, "porque no quiere obstaculizar su carrera como jugador de rugby" y "porque las leyes no están para fastidiar a la gente". Ante la presión mediática y popular, interviene el Jefe de Gobierno, con la semántica expresión que "condena la violencia venga de dónde venga". Como El Pueblo considera insuficientes las actitudes y manifestaciones expresadas, acude al Presidente de la Federación, que contesta: "El agresor se va a regenerar mejor bajo el manto del rugby y sus valores, que en la cárcel". Insuficiente. La presión se traslada al Club que lo mantiene, el Wellington Rugby, quien opta por rescindir el contrato con el agresor.

Uno de los focos de mayor presión, han sido las asociaciones feministas, acompañadas por Facebook, la Prensa (igualito que aquí), y la opinión pública, por cierto, muy preparada para ejercer la libertad propia y ajena contra los poderes fácticos, para que el poder que les han conferido, lo apliquen a favor del pueblo, no de élites determinadas. Igualito que aquí.

Y vamos a lo que más nos interesa. Hace unos días ha habido un incidente de agresión sexual o indecente de unos jugadores de rugby franceses, y unas mujeres en Durango (Bizkaia). La reacción del club de Durango, ejemplar defendiendo a las mujeres ¿presuntamente? ofendidas. Nadie se inventa una agresión como la que describieron las perjudicadas ¿presuntas? ¡por favor ...!
Pues los interfectos, consultados por su club, han negado los hechos, y santas pascuas. Y yo me pregunto: La Federación Vasca ¿no tiene nada que decir al respecto? ¿No hay un convenio pomposamente publicitado "E.E.E." con Cote Basque para pedir que este organismo deportivo intervenga ante el club que arropa a los interfectos? ¿Tiene la EFKB un protocolo para reaccionar a casos como estos? ¿Hay posibilidad de sancionar desde  la jerarquía federativa como lo ha hecho Durango Rugby Taldea declarando "equipo no grato" (que mucho más no puede hacer?

El incidente de Durango no tiene la virulencia del de Nueva Zelanda (hay bastantes más), pero como sigamos mirando para otro lado para no incomodar al poderoso vecino, al final pareceremos la Cuba de Batista, una colonia para la expansión de los "nenes", que bastante de colonizadores ya tienen. O lo cortamos al principio poniendo TODOS los medios, o lo lamentaremos. Y luego que me hablen de los valores del rugby. ¡Qué diferencia de reacción (feministas incluidas) entre la sociedad civil neozelandesa, y la nuestra, que encima es de las mejores del Estado en defensa de la mujer. Pero todavía tenemos mucho que aprender, aunque sea copiando. Estamos a tiempo, a mojarse.