New Age

Pues si. Ya no hay disculpas. Estamos en una nueva era. La del juego largo y contínuo, la vuelta a los grandes espacios, al contrapié, al cambio de ritmo, a eludir al contrario, a buscar la verdad eterna del rugby, el dos contra uno. A dominar la técnica del juego de pié o pierna. En ataque, en defensa, con la cadencia de movimientos necesaria para chutar largo o corte, a una velocidad o a otra, con tempo de llegada del compañero, para romper defensas presionantes, para oxigenar a la delantera, por exigencias de la presión contraria, o por pura táctica que aproveche nuestras ventajas en altura o velocidad. Todo esto y algunas técnicas y actitudes más son las que determinan el rugby de continuidad, el rugby del presente indispensable para el futuro. Porque, ya, aunque no fuese por otro motivo, es porque el dinero que nos hace falta para intentar igualarnos a los niveles y calidades de la tercera división europea sólo lo vamos a conseguir cuando tengamos algo que vender. Espectáculo.

Lo hemos dicho muchas veces y desde hace algunos años, y el tiempo, una vez más, nos da la razón. Sin espectadores no hay espectáculo. Puede parecer una "perogrullada", puede haber juego y no haber espectáculo. Y nos explicamos: ¿Cuántos de los espectadores que asistieron al último "derby" gipuzkoano en Landare Toki conocían el Reglamento? Vamos a ir un poco más lejos. ¿Cuántos de los espectadores entendían de rugby? Nos permitimos decir que del Reglamento, unos cien.  De los segundos, los del Reglamento y cien más por ser generosos. Pues esta aparente contradicción se resuelve jugando abierto, enseñando el balón, con un juego de continuidad que el espectador admire, pues a veces desde la grada parece que a ese ritmo podemos jugar también los espectadores, y el interés se reduce a como se empuja en la melée y qué "leches" se meten. Ese es el mérito que le dan muchos, y porque lo comparan con el fútbol, que están todo el partido quejándose.

En el "derby" mencionado (estupenda entrada), el poquito juego que se vio,  lo puso Ordizia. Mención aparte la jugada de Igor Genua (el jugador gipuzkoano más en forma, con el permiso de Ignacio Martín), que terminó en ensayo para el Hernani,  una escapada velocísima, con un toque de pie inteligente y ensayo de un compañero. Pues Ordizia, con mejor equipo perdió el partido y además, con justicia. Porque una cosa es tener jugadores y otra saber jugar. Porque en el rugby intervienen muchos factores además del físico-táctico, como la psicología y el intelecto, la estabilidad emocional ...¿Tanto? Bueno, ahí está el resultado, y van .... unos cuantos. ¿No se les ha ocurrido pensar a los entrenadores del Ordizia la incidencia que sus decisiones tienen en esos resultados? Yo he visto casi todos los "derbys", y creo que todos los podía haber ganado Ordizia. Todavía me acuerdo el último que ganó en Landare. Trabajo de delantera en el primer tiempo, y ritmo en campo abierto en el segundo. Podíamos extendernos más sobre este ilustrativo partido sobre lo que hay que hacer, y lo que no hay que hacer. Lo de la banda es de traca, pero doctores tiene la Directiva ....

Ponía este partido porque es el que más vivimos los gipuzkoanos y por tanto, más cerca nos coge para el tema que tratamos. La (in)asistencia a los partidos. Hagamos un juego comprensible que se preste a la admiración. En el juego abierto cabe la imaginación, el diseño, la fantasía, el "scope" de técnicas de transmisión, el placaje en velocidad, el "crochet", el "coup de reins", el "up and under", todo ello sin despreciar el encanto de una melée a cinco metros de marca, de un "maul" dentro de la veintidós y de lo bien que se queda un delantero cuando percute basculando de cadera ..... Vamos, que nos encanta el juego de delanteras, pero con creatividad en ataque y abnegación, fuerza, contundencia y constancia en las defensas. Que quede claro. Pero en este momento, si alguien tiene dudas de por dónde va el rugby, que compare las puntuaciones de esta temporada con las de la pasada en las grandes ligas y torneos. Los cuarenta puntitos caen con frecuencia ganando, pero es que los que pierden te meten veinte puntos mínimo, y eso no se hace con tiros a palos por golpes de castigo como se ha estado haciendo muchos años. Más juego abierto y menos cerrado. Más "off load" y menos "ruck". A ver si es verdad.

Tonga - U.S.A.

El próximo día 19/ll/l6 a las 17,-h. en el Estadio de Anoeta (Donostia-San Sebastián), jugarán las dos selecciones de rugby oficiales que figuran en el título. No sabemos si es debido a nuestra típica improvisación dejándolo todo hasta última hora, o porque no nos damos cuenta de la importancia del momento y del evento, pero tenemos la sensación de que no le estamos concediendo gran importancia, y me refiero a los pocos incondicionales del rugby por estas latitudes, porque al resto de espectadores deportivos en general, se les convoca por los medios de comunicación tradicionales, que no por las redes sociales. La organización que se responsabiliza de este partido, y me estoy refiriendo exclusivamente a su coste económico, merece un total apoyo que le permita animarse a sucesivos y más importantes compromisos.  Y llegado a este punto, pedimos una atención especial a los auténticos aficionados al rugby, a hacer proselitismo ante nuestras amistades para inducirles, con los argumentos (legales) que en cada caso se nos ocurran, para que vayan a Anoeta el próximo día 19. Y para tener más posibilidades de éxito, hacerlo con tiempo, para que no nos contesten "es que me he comprometido ..." Nada, a Anoeta, que un acontecimiento deportivo -y recalco- como este, será difícil que veamos a corto y medio plazo. Y enlazo con su importancia, prescindiendo incluso con el deporte que se practica, pues yo, por poner un ejemplo, he visto hasta tres veces a los Harlem Globetrotters (de Basket), cuando aquí los pocos partidos que se jugaban terminaban en 27-2l, 28-15, etc., o sea, como algunos de nuestros partidos de rugby cuando el resultado final son múltiplos de tres por ambas partes. Pues Tonga por ejemplo, tienes a verdaderas masas de músculo de 120 a 140 kgs. de peso corriendo como velocistas en otros deportes, y además haciendo malabarismos con el balón, cosa que resulta un espectáculo para cualquier persona entendida en deporte, y hasta nos permitimos excluir al rugby de la lista para presentarlo como puro espectáculo. Y el que conoce algo de la idiosincrasia "yanki" en el deporte, sabe que debajo de la camiseta oficia U.S.A. va el prestigio de su nación, y aquí no se distingue el rugby, del futbol americano o del soccer (fútbol tal como lo conocemos nosotros). Como si juegan a la petanca. No juega el deporte, juega el país. Y para nacionalistas, ellos. Por tanto, y teniendo en cuenta las pruebas físicas que pasan sus jugadores de rugby, espectáculo seguro. No sabemos cuánto han mejorado (no estaban entre los quince primeros del mundo), pero teniendo en cuenta los ingentes medios económicos con que cuentan (desgravaciones fiscales, mecenazgo, merchandising, publicidad, etc.etc.), y las infraestructuras deportivas tangibles e intangibles, si quieren, pueden. Y parece que al igual que con el soccer, que ya llena estadios de treinta mil espectadores, el rugby ha despegado entre la sociedad norteamericana, más abierta e informada ahora con respecto al resto del mundo -antes no existía más allá de México- a través de las redes sociales y autopistas de la información o bancos de datos.

Y reclamamos todo este apoyo y colaboración comprando cuanto antes las entradas, pues la organización que se ha responsabilizado del evento arriesga económicamente y va poniendo a la venta las localidades de zonas del campo ha medida que va llenando las zonas iniciales, porque no da buena imagen ver espacios vacíos alternos. Es mejor ver una tribuna totalmente vacía, que cuatro medio llenas. Y nos ponemos abiertamente del lado organizador, declarando que de sus componentes no conocemos más que a Aitor Arístegi y porque le vimos en una foto que se publicó. Este escrito tiene un segundo objetivo: Por varios conductos diferentes nos llega la pre-información de que este Tonga-USA es un ensayo para testar a Donosti, Gipuzkoa y Euskadi (no voy más allá ni más acá), porque está en juego un  ¡ Francia-Nueva Zelanda! para la reinauguración del remodelado Estadio de Anoeta que parece que se inicia si no hay más dilación, a finales de la presente temporada de fútbol, cuando Anoeta llegará al número de localidades exigidas para que los All Blacks jueguen un partido. Y ese sí, puede poner a nuestro rugby, a nuestra ciudad, a nuestra provincia, a nuestra industria, a Euskadi, más universalizado, porque el binomio Rugby-All Blacks es hoy día, el vehículo de propaganda socioeconómico-político-deportivo más potente, penetrante y eficaz del mundo. Desprende grandeza, generosidad, eficacia, cohesión social, inteligencia asociada, innovación, imaginación, constancia, fuerza, orgullo de pertenencia, humildad, prestigio social ... Es lo mismo que se quiera difundir nuestra ansia de independencia, que la calidad y seriedad de nuestra industria (automoción, ferrocarril, máquina herramienta ... o que podríamos ser el país más parecido a Nueva Zelanda pero que tenemos enemigos naturales más cercanos que ellos, en su dulce aislamiento (y nostalgia de lo que consideran su metropolis, salvo los Maoríes) y con el Primo de Zumosol (Australia), protegiéndoles de la cuadrilla asiática del oeste. Vamos, que también a nosotros nos puede la nostalgia del Paraíso.
Si después de esta loa a Nueva Zelanda no os hemos conmovido, es que somos muy poquita cosa. Pero la Organización del partido del día 19 merece más que nosotros. Colaboración y asistencia, vosotros, vuestros amigos, familiares, y esos ex-jugadores despistados que no aparecen por los campos en cuanto se retiran, cuando se pasan la vida contando batallitas de cuando jugaban. Y si no hubiese sido por el Tercer Tiempo, muchos no habrían tocado un balón. Contamos con todos.