Para la Federación Gipuzkoana de Rugby

Ayer, 31 de marzo de 2011 se celebró la Asamblea Ordinaria, presidida por Iñaki Laskurain, con la escasa asistencia habitual. Se presentaron las cuentas del ejercicio anterior,y de forma detallada los presupuestos para el presente ejercicio, que fueron aprobados por los asistentes,o sea,lo de siempre.
Nos pareció advertir este año cierta inquietud por el inmovilismo que nuestro rugby viene manteniendo, porque los directivos se están dando cuenta que para estar a la altura de la evolución social, el rugby tiene que adaptar a nuevas formas, acorde con los tiempos.
Dos problemas principales: La pérdida de jugadores en edad juvenil (del 50 al 70%), y el progresivo aumento de los costes de los equipos, sin que los ingresos que financian la actividad aumenten en la misma proporción, lo que le convierte en problema económico estructural.
La pérdida de jugadores se debe a varios factores, como estudios, ingreso en el mundo laboral no compatible con horarios deportivos, exigencia física de la categoría senior, y también, porqué no decirlo, comodidad y miedo al compromiso con los compañeros, que son malas prácticas sociales y que no les van a favorecer en las distintas facetas de la vida. Porque la práctica del rugby comporta una salud física y mental que le va a acompañar el resto de su vida, y lo decimos nosotros, que ya estamos “en la vuelta”.
El párafo anterior es lo que todos los técnicos y dirigentes del rugby argumentan, pero se les olvida mencionar que su práctica y organización del esquema deportivo favorece la fuga. Que los entrenadores en su mayoría carecen de capacidad de comunicación, nivel psicológico y condiciones humanísticas para tratar a los jugadores que pasan de la edad juvenil, de forma individual, no como un “pret a porter” o tratamiento idéntico para toda la plantilla. El cambio de categoría debe hacerse debidamente arropado o si se quiere, protegido, para que los incorporados disfruten del juego y del ambiente de su nuevo equipo, en lugar de solucionar problemas que no deben afrontar ellos, sino la estructura del equipo y el club, para lo cual deben dotar de contenido y ayuda a los segundos equipos, por ejemplo, y concederles la gran importancia que tienen en el desarrollo equilibrado del club, y en la rentabilidad económica y deportiva que supone evitar el derroche de la pérdida de todo el esfuerzo realizado con los jugadores desde la Escuela, Cadetes y Juveniles, para nada. La contínua renovación de fichas impide un desarrollo técnico, por ejemplo, que necesita, además de los años anteriores, dos o tres años, mínimo, en categoría senior, hasta que complete su desarrollo físico y juegue en igualdad de condiciones.
El coste de las plantillas sería mucho mas económico, y el ambiente sería mucho más agradable, pues jugarían generaciones juntas en el mismo equipo o club, poniendo en práctica uno de los valores clave del rugby, como es la amistad y relación social, que dura para siempre, y que no hay dinero para comprar eso. Incorporaciones foráneas, sí, pero para enseñar y marcar la diferencia técnica, física y de actitud. Pero el 80-90% de casa.
Puede ser una de las soluciones económicas. Las otras dependen del producto que “se haya fabricado”. Un equipo de rugby no puede fabricar dinero, pero puede (y debe) fabricar imagen con prestigio social, o sea, intangible. Y convertir el intangible en dinero, a través de varias alternativas, como son, la publicidad con todo su abanico de posibilidades ante empresas de cualquier dimensión y actividad, la cohesión social ante instituciones públicas (subvenciones económicas o ayudas, prestaciones o colaboraciones…), etc., etc., echándole imaginación, información, perseverancia y trabajo .
Está claro que depende de la calidad de la imagen que se ofrece, el éxito de la gestión. No se trata de invocar la caridad pública o privada, sino de plantear operaciones de mútuo beneficio, como es una transación comercial bien estructurada. Desde el estudio previo de las empresas e instituciones, hasta la legalidad fiscal.
Y continuamos trabajando siempre en pos de la ética en los comportamientos, la generosidad social en el trabajo deportivo y formativo con el entorno social (otra vez), para que nuestras demandas de instalaciones y equipamiento tengan justificación. Calidad humana, sí, lo primero, pero eficacia en la gestión, también. Tenemos que desterrar el voluntarismo inoperante, aunque se tenga la mejor voluntad, pues frena el desarrollo. El rugby es un deporte caro. Muy caro. No se compite en el patio de un colegio, ni con cuatro o cinco jugadores. El equipamiento cuesta, como los desplazamientos, fichas, servicios médicos, técnicos, directivos “full time”, etc.etc., y se necesita DINERO. Bueno, ya está dicha la palabra antipática. Todo el mundo lo piensa, pero cuesta decirlo. Personas con buenas prácticas y eficacia en la gestión, es igual a dinero.
Y la Federación Gipuzkoana de Rugby es un instrumento desaprovechado por los clubs para conseguirlo. A partir de una cohesión interna total entre los clubs y la federación, descentralización incluida, nombrar un grupo de apoyo económico de tres o cuatro personas nombradas por los clubs, pudiendo ser Eibar-Arrasate, Ordizia-Zarautz y Donostialdea con uno o dos , representando a Hernani, Lasarte-Oria, Irún y Donostia (2). Estas tres o cuatro personas, con el apoyo total de la FGR quien cedería su marca registrada al Grupo, para preparar una estrategia comercial en operaciones a nivel de toda Gipúzkoa, o de todos los campos de Gipuzkoa y explorar todas las posibilidades de la marca rugby en cualquier dimensión, así como participar en todas aquellas gestiones, acompañando y asesorando a la FGR, ante la DF de G, etc.etc..
Toda esta actividad complementaría la realizada por los clubs, sin ninguna interferencia, y reservándose los clubs el ámbito de las empresas, instituciones, etc., como lo vienen haciendo hasta la fecha.
Las operaciones conseguidas por el Grupo se facturarían por la FGR, quedando un diez por ciento neto a disposición del Grupo, como Fondo de Maniobra, y distribuyéndose el resto entre los clubs, con un baremo elaborado a partir de un borrador redactado por el Grupo, y completado por los clubs, con el arbitraje, si fuera necesario, de la FGR.
El Grupo solamente se ocuparía de conseguir fondos o ayudas, no participando como Grupo en la gestión interna de los clubs, aunque sí como miembros de sus directivas a título personal. Las gestiones que podría abordar el Grupo son ilimitadas, a partir de la indefensión y abandono en la que se encuentra el Rugby. Nosotros lo vemos claro, y aquí estamos para lo que haga falta. El único condicionante, es la unión de los clubs gipuzkoanos alrededor de la FGR. No hay nada que perder y mucho que ganar. Reflexión y Debate. Pero cuanto antes.

Bera Bera

Este equipo me ha interesado siempre, y he colaborado con mi aportación personal y económica, en los momentos difíciles de su inicio y su traumática fundación hace ahora veintiseis años, como una escisión en el Atlético Sn.Sn., continuadora de otra que se produjo un par de años antes en el Hernani, aunque esta, más que una escisión, fue una fuga, curiosamente propiciada por la misma persona que participó muy activamente en las dos ocasiones, pero eso forma parte de la corta pero intensa historia del Bera Bera, R.T., de Donostia.
Como en todos estos movimientos, cuando alguien dice que quiere colaborar, es bienvenido, porque todo hace falta, pero se corre el riesgo de integrar a personas que tienen poco que ver con la filosofía de generosidad social que un grupo deportivo como éste, excesivamente dependiente de las instituciones públicas, debe comportar.
Y aquí se forma una plataforma social heterogénea en la que todos se autotitulan amigos, y que son incapaces de realizar una crítica ante comportamientos equivocados de sus titulados amigos. Pero creemos que eso no es amistad, sino oportunismo. Además de tres o cuatro buscadores de calderilla, que es lo que pueden conseguir de nuestro paupérrimo rugby.
Este comportamiento ha contribuido a crear un ambiente triunfalista que ha chocado siempre con la realidad de la situacion, llevando al club a políticas de desarraigo, eliminando quemados a la primera generación de juveniles que pasaron a seniors despues de una brillante incursión por el Campeonato de España Juvenil, cuyo título les fue privado por una deficiencia administrativa, mas que deportiva. Esa fue la primera, de los cuales solo queda el admirable por muchos motivos, Gorka Bueno, que ha tenido que echarse el equipo a las espaldas en varias ocasiones, a pesar de su juventud. Espero que el club lo tenga en cuenta en la medida de sus posibilidades , pues Gorka es el que más ha tirado del carro.
Despues se quemó a una generación de seniors, relegándolos a puestos secundarios y después al ostracismo de “la plataforma”, ya que la política que se instaló en el club, fue la del elitismo, empezando la casa por el tejado. Así empezamos a ver las alineaciones invadidas de franceses, y decimos franceses aunque vivan en Iparralde, argentinos y rumanos después, que se han llevado el poco o mucho dinero que el club ha conseguido por una buena gestión ante las instituciones públicas, sin marcar la diferencia que se exige a un equipo integrado en más de la mitad por extranjeros. Y así, unos años. Hasta que los demás equipos en la División de Honor “A” han hecho lo mismo que ellos, pero “en mejor”. Y así hemos llegado a estos días, con la sensación y algo más, de fracaso de veinte años de rugby. El Primer Equipo Senior, descendido, desmoralizado, y con la perspectiva de jugar la próxima temporada en División de Honor “B” sin tener jugadores para ello. Por lo menos, para subir en la próxima temporada. Y probablemente sea lo mejor. A ver si se dan cuenta de una pajolera vez que todo no se hace a base de dinero. Que hace falta trabajo, eficacia realismo y humildad para reconocer errores . Pensamos que es la mejor fórmula para conseguir los éxitos que tanto les deseamos. Y esos condicionantes indispensables para el desarrollo y la implantación social que propusimos por escrito hace más de quince años. “Si nos equivocamos, nos estrellaremos, pero hemos decidido lo contrario”, nos dijo Kote Olaizola, con la mejor de las intenciones. Pues en esas estamos. El Segundo Equipo Senior vagando por esas categorías que casi nadie desea, y desde luego, impropias de un club cuyo primer equipo está en la máxima categoría, desvirtuando lo que debe ser un Segundo Equipo, transición de juveniles a senior, seniors con posibilidades de jugar eventualmente en el primer equipo, y románticos en buena forma para jugar dignamente en la categoría. Si juegan en cuarta categoría, ¿qué nivel de competición tienen? ¿Cómo puede contar el Entrenador del Primer Equipo con ninguno de ellos?
El Juvenil ha perdido su hegemonía en Gipúzkoa, y aunque eso puede ser generacional, no deja de ser un síntoma. El Cadete anda mejor, y tiene chavales que si se se les enseña lo que es el rugby, toda la cultura del rugby, pueden jugar muy bien arriba. Y la Escuela ha bajado mucho. No es la única, pero en este caso nos referimos a la que durante muchos años, junto con la de Hernani, han sido las mejores de Gipuzkoa. Aquí si que hay errores de concepto. Y los padres, con el tiempo, y comparando, se dan cuenta. No es una censura. Pero nos gustaría que reflexionasen sobre la forma de gestionar la Escuela. Ya sabemos que habrá gente que ha trabajado y sigue trabajando bien, y que se moleste por lo que escribimos. No va por ellos. Pero si por otros que no están muy lejos. Y estamos aquí, a disposición, para ampliar directa y personalmente cuanto decimos y pensamos. Y no tocamos de oido.
Y como parece que lo que toca el Bera Bera se refiere al Primer Equipo Senior (uno de los errores), recordamos las últimas cinco temporadas, porque las cosas no ocurren por mala suerte, como dicen algunos bienpensantes. El declive se inició cuando alguien, con la mejor intención, fichó al último entrenador francés, que con las mejores plantillas de la historia del Bera Bera, no fue capaz de conseguir un estilo de juego que enganchase al espectador, y marcase el camino a los jóvenes del club Y cuando se marcha, pone a parir al vestuario con todos los jugadores que ha tenido a su disposición, como si hubise sido un espectador durante estos años.. En tres años nadie pareció darse cuenta de que más parecía un Predicador que un Entrenador. Y que dejó un ambiente de vestuario de funestas consecuencias posteriores, como se ha demostrado. La siguiente fue el milagro del resbalón de Nin, pateador de Les Abelles falló en el último minuto del partido, uno de esos balones que se fallan una o como máximo dos veces en la vida. Si la clava, como todos esperábamos, Bera Bera a Segunda. Bajó Les Abelles, por ese error. Llegamos a la siguiente temporada, que es de psicoanálisis, pues todo se justificó con el cambio de entrenadores y la segunda vuelta, pero sin entrar a fondo en el análisis de toda la temporada. Parece que da miedo (otro error), y en una actitud que algunos consideramos improcedente y otros patética, por el fondo y por las formas, se “compró” una plaza para jugar arriba. Sin más mérito que el dinero que se pagó, suponemos que procedente en todo o en parte, de las arcas públicas. Y se perdió un año para acometer la refundación de la Sección de Rugby, que no del Club (otro error que advertimos en su día), que parece que con acierto o por obligación, se va a iniciar este año. Y este año, con los mismos entrenadores (a los que no imputamos en absoluto la responsabilidad), unos jugadores de alto nivel (a los que si imputamos casi toda la responsabilidad), sin acertar en el estilo de juego, cuando todo el potencial estaba “fuera” de la delantera, sacando de su “hábitat” de medio de melée a uno de los dos jugadores en mayor progresión, jugando de ala o centro, donde baja considerablemente su rendimiento, frenando la carrera deportiva de un especialista en el rugby, como es el medio de melée, joven y de casa. Nos referimos a Izko Armental. De lo mejor de estos años. Otro error.
No haber entrado enérgicamente en los comportamientos dentro y fuera del campo (sobre todo), cuando se conocían sus actitudes, de los jugadores extranjeros por todos conocidos, que han dado un gran ejemplo a los jugadores jóvenes de la plantilla y a sus asombradas e indignadas familias. Otro más.
Estamos pasándolo mal escribiendo esto de un equipo que queremos, pero callarse no sirve más que para engañarnos a nosotros mismos, diciendo que “to er mundo e güeno” y Viva Cartagena. Pues no, amigos. El asunto está jodido, y el rugby en Donostia muy mal gestionado. Hemos coqueteado con el pseudoprofesionalismo, y creo que ha quedado claro que estamos a años luz de poder abordarlo. No voy a recordar el desastre de Sevilla donde el árbitro tuvo que suspender el partido en el minuto sesenta y tantos por inferioridad, al enviar un “segundo equipo” contra el Cajasol plagado de internacionales, porque los titulares indiscutibles, incluso su entrenador, el ya mencionado Predicador, se quedaron en Donostia para integrar un equipo ajeno denominado Korsarioak, bajo el señuelo del profesionalismo que nunca llegó.
Parece que las personas más responsables del Bera Bera han decidido reconsiderar toda su estrategia, y nos alegramos, ya que hay que dar un golpe de timón, si no queremos bajar todavía mas del nivel en que se encuentran, o para ser más exactos, nos encontramos, que aquí para los momentos malos no se apunta casi nadie, y nos adelantamos a ofrecernos para lo que el club considere oportuno y podamos con la mejor intención realizar. Estuvimos en los momentos difíciles del inicio, y estamos ahora en la misma disposición. Pero no vamos a bandonar nuestro espíritu crítico positivo, pues callarnos no ha dado buen resultado. Suerte a directivos, técnicos y jugadores del Bera Bera, que les va a hacer falta, pues no lo tienen fácil.

Ordizia

No hace falta que termine la temporada, pues ya ha ganado en todos los frentes. Mantiene tres equipos senior. Los juveniles , cadetes e infantiles de competición, están siempre en los puestos de arriba, aunque en estas dos últimas categorías nosotros (y ellos) damos más importancia a la formación y cultura en valores de claro contenido humanístico. La Escuela es, probablemente la de mayor número de alumnos, y mejor atendida. Los numerosos técnicos y educadores son de lo mejor de Gipuzkoa, y la afición, además de numerosa, entusiasta y educada, lleva camino de ser, sino la que más, una de las más entendidas del rugby gipuzkoano, dejando atrás aquel ambiente “futbolero” que con frecuencia se respiraba en Trevijano.
Capítulo aparte para las directivas del club. Para todos los que han sido directivos, porque sin su aportación, no habría forma de haber llegado hasta aquí, pero voy a centrarme en las dos últimas, y también en la de Castro, el incombustible. Se ha trabajado mucho y bien, con eficacia en la gestión deportiva, pero sobre todo en su impronta empresarial, que es lo que les ha diferenciado de todas las demás directivas gipuzkoanas. Pero el listón está alto, y se ha creado una exigencia en la afición, que reclama títulos o casi, para la próxima temporada, ignorando que la presente, en cuanto a Honor “A”, ha sido una temporada excepcional, y ya me apuntaría yo a estar entre los cuatro primeros (sin orden del primero al cuarto), la próxima temporada. La temporada que termina el mes que viene, ha estado marcada por la crisis económica, que en Gipuzkoa no ha sido tan acusada, y se ha fichado a dos puntales como Tudela y Martin, ante la sorpresa de todo el rugby español. Por el sur, hubo desbandada (el “Bola” Recuerda …), por el centro, para qué hablar, han jugado con Alcobendas como único representante, en Valladolid, seamos realistas, entre el cambio de entrenadores en Cetransa, y su competición europea, han dejado a un lado la Honor “A”, y la próxima temporada irán a por ella. Supongo que Gernika seguirá con su potencial, a pesar de la “competencia” ante las instituciones (BBK, Dip. Foral, etc.), del ascendido Getxo. A la Santboiana no le vuelve a pasar lo de esta temporada que hicieron una renovación de plantilla “a lo bestia”, y han estado a punto de pagarlo caro, y el Cajasol estará de nuevo en la pomada. Dejamos las incógnitas de Vigo y Alcobendas, y el VRAC, que seguro que andará por las cuatro primeras plazas. Lo de La Vila, ni comentarlo.
A Ordizia, sí le van a tratar como favorito la próxima temporada, y va a tener que dar la talla en todos los partidos, sin poder sorprender, como ha ocurrido esta pasada. Supongamos que va a mantener la plantilla, y que le van a respetar las lesiones, como este año. ¡Cómo se ha notado la baja de Joannes! Y la de Parker. Pero en conjunto, ha habido suerte con las lesiones. De momento, falta Jim Dixon, que ya es faltar. El que más le echará en falta será Axio.
A lo dicho. Entre los cuatro primeros, una machada. Del cuarto para arriba, un exitazo. No nos engañemos. Falta delantera. Es muy dinámica y son unos tigres, de acuerdo. Pero si yo soy el entrenador del contrario, y tengo potencia, la pelota no sale del paquete cada vez que se entre en la veintidos de Ordizia. No te digo nada una melée a cinco metros de “nuestra” marca. Y luego está el banquillo. Acordarse de hace tres años en Trevijano, contra El Salvador. Partido equilibrado. Cambia El Salvador LOS TRES terceras, y levantaron el partido. Me acuerdo que dije: Eso es poderío. Porque no eran unos tuercebotas.
Cuando leo lo de jugar la Amlin, no sé si descojonarme o echarme a temblar, por la falta de realismo.
Y un último aspecto que me preocupa. Ordizia, como ya dije, en cinco años al menos, va a seguir siendo el mejor equipo de Gipuzkoa. Me gustaría que también fuese el leader (“líder”), pero para eso hay que estar presente en la vida de las federaciones, impulsándolas, acercarse a otros equipos ofreciéndose en pre-temporada (Irun …), formar un Sub-23 dentro de la disciplina senior, y jugar cinco o seis partidos juntos por Gipuzkoa y Hegoalde en la pre-temporada, y la joya de la corona: Un equipo femenino. Eso ya sería la rehostia. Entonces no solo sería el mejor, sino el leader. Y la historia de lo que algunos de vosotros llamáis “la Capi” os indica lo que no hay que hacer. Suerte chavales.

Los espectadores, ¿qué?

El futuro inmediato del rugby prevé su desarrollo en fórmulas profesionales de gestión, como la competición franquiciada o competición privada, la remuneración de los jugadores con dedicación “full time”, la consecución de subvenciones de dinero público, la captación de publicidad y/o sponsorización o patrocinio, etc… etc…, además de los típicos recursos mediante cuotas de socios, abonos, accesos, y también de recursos atípicos como venta de servicios en los eventos, etc… etc…
Eso es lo que los gestores de cualquier deporte “de proyección” en estos momentos manejan y anhelan conseguir. Hasta ahora, ningún mérito, todo de manual. Otra cosa son los logros y su continuidad.

Pero todo eso se cae por su base, si no hay espectadores, ni los dineros públicos, ni la publicidad, ni los medios de comunicación, ni los ingresos típicos y atípicos. Sin personas no hay interés. Un campo de juego-espectáculo vacío es como un mausoleo. Da un poco de repelús, por muy grande y artístico que parezca. Y una clara sensación de fracaso de sus dirigentes y actores. Lo primero que quiere un espectador es libertad de elección del espectáculo, y facilidad para acudir al mismo. El coste influye, pero depende de la calidad del espectáculo, o sea, del juego de rugby que se practique, de la calidad de los actores (jugadores), y también de los valores que transmiten en sus actuaciones. Porque ésta es otra. Hablan (y empiezan a cobrar a los espectadores) como rugby profesional, pero la calidad del espectáculo es inexistente, y se mantiene el chiringuito por la pasión y generosidad de los ESPECTADORES, que perdona los errores tácticos y técnicos, y ensalza cualquier jugada que debería ser considerada normal para un especialista. Eso es generosidad.

Y encima, por parte de los organismos dirigentes (Federaciones), no hacen más que poner trabas a la presencia de los pocos espectadores que el rugby ha captado después de cincuenta años en Gipuzkoa. Que eso también tiene su miga. Nadie es responsable.
Vamos con la última: Jornada de competición autonómica vasca l7-l8/l0/09. No hay partidos de División de Honor ni de DHB, que son los que juegan los domingos habitualmente. Se programan 27 partidos, distribuidos en 4 de Liga Nacional lª División Grupo B, 7 de Liga Vasca Senior Masculina en la que se aplaza un Ampo-Ordizia/Zarautz (ya empezamos), 3 de Liga Vasca Femenina (se aplaza el Arrasate-Durango/C.Rivago), 6 de Liga Vasca Juvenil y 7 de Liga Vasca Cadete.
Se anuncian 25 partidos (!!!) para el sábado l7: 6 por la mañana y l9 por la tarde, y para el domingo 18, 2 por la mañana.

En Bizkaia se juegan l4 partidos, en Gipuzkoa 8, en Cantabria 3, en Araba l y en Aragón l. Los ocho de Gipuzkoa casi a la misma hora. Y ninguno en domingo. Y preguntamos a la Federación Autonómica Vasca,¿ no se pueden distribuir los partidos entre los dos días coincidiendo que no había partidos de DH ni de DHB? Tienen ustedes potestad y además autoridad moral, suponemos, para establecer la programación y acordar con los clubs los horarios que favorezcan la difusión del rugby, que es una de sus obligaciones. No sabemos que sensación les da a ustedes señores directivos, tener tantos campos vacíos inactivos en Gipuzkoa. Y no nos mencionen a las Escuelas (con mayúscula), que cuando quieran tocamos ese tema. Y aunque ni quieran ni sea de su competencia, sino de la Provincial. Hasta ahora y desde hace muchísimos años sus tentáculos (influencia) han llegado hasta ahí y mucho más lejos, por tanto, entendemos que se trata únicamente de su voluntad.

Como decimos más arriba, sin espectadores no hay nada que hacer, salvo esperar otros cincuenta años a ver si encontramos dirigentes con más visión de futuro. Ya dijimos en artículo anterior que el rugby femenino juega de forma casi clandestina, sin espectadores, porque los directivos de sus clubes no se preocupan de publicitarlos, pero ustedes deben llamar al orden para que el rugby se divulgue. Y con lo demás, parecido. Si se tienen atribuciones (y se ejercen de forma implacable), se tienen responsabilidades, pero sobre todo, un compromiso ético con el rugby. No esperamos respuesta, como no la hemos tenido sobre nuestros trabajos sobre el Rugby Femenino, El Arbitraje, Entrenadores, Los Administradores de nuestro Rugby, etc., pero eso nos anima más, si cabe, a seguir buscando mejorar con nuestra crítica y nuestras aportaciones (creemos que a eso se le denomina crítica positiva), a la mejora del rugby en general, y del gipuzkoano en particular y muy especialmente.
También comprobamos que en esta sociedad agarbanzada lo que se lleva es callarse y si se puede, hacer la pelota. No hemos nacido para eso. Un saludo para todos. Con sinceridad.