Este equipo me ha interesado siempre, y he colaborado con mi aportación personal y económica, en los momentos difíciles de su inicio y su traumática fundación hace ahora veintiseis años, como una escisión en el Atlético Sn.Sn., continuadora de otra que se produjo un par de años antes en el Hernani, aunque esta, más que una escisión, fue una fuga, curiosamente propiciada por la misma persona que participó muy activamente en las dos ocasiones, pero eso forma parte de la corta pero intensa historia del Bera Bera, R.T., de Donostia.
Como en todos estos movimientos, cuando alguien dice que quiere colaborar, es bienvenido, porque todo hace falta, pero se corre el riesgo de integrar a personas que tienen poco que ver con la filosofía de generosidad social que un grupo deportivo como éste, excesivamente dependiente de las instituciones públicas, debe comportar.
Y aquí se forma una plataforma social heterogénea en la que todos se autotitulan amigos, y que son incapaces de realizar una crítica ante comportamientos equivocados de sus titulados amigos. Pero creemos que eso no es amistad, sino oportunismo. Además de tres o cuatro buscadores de calderilla, que es lo que pueden conseguir de nuestro paupérrimo rugby.
Este comportamiento ha contribuido a crear un ambiente triunfalista que ha chocado siempre con la realidad de la situacion, llevando al club a políticas de desarraigo, eliminando quemados a la primera generación de juveniles que pasaron a seniors despues de una brillante incursión por el Campeonato de España Juvenil, cuyo título les fue privado por una deficiencia administrativa, mas que deportiva. Esa fue la primera, de los cuales solo queda el admirable por muchos motivos, Gorka Bueno, que ha tenido que echarse el equipo a las espaldas en varias ocasiones, a pesar de su juventud. Espero que el club lo tenga en cuenta en la medida de sus posibilidades , pues Gorka es el que más ha tirado del carro.
Despues se quemó a una generación de seniors, relegándolos a puestos secundarios y después al ostracismo de “la plataforma”, ya que la política que se instaló en el club, fue la del elitismo, empezando la casa por el tejado. Así empezamos a ver las alineaciones invadidas de franceses, y decimos franceses aunque vivan en Iparralde, argentinos y rumanos después, que se han llevado el poco o mucho dinero que el club ha conseguido por una buena gestión ante las instituciones públicas, sin marcar la diferencia que se exige a un equipo integrado en más de la mitad por extranjeros. Y así, unos años. Hasta que los demás equipos en la División de Honor “A” han hecho lo mismo que ellos, pero “en mejor”. Y así hemos llegado a estos días, con la sensación y algo más, de fracaso de veinte años de rugby. El Primer Equipo Senior, descendido, desmoralizado, y con la perspectiva de jugar la próxima temporada en División de Honor “B” sin tener jugadores para ello. Por lo menos, para subir en la próxima temporada. Y probablemente sea lo mejor. A ver si se dan cuenta de una pajolera vez que todo no se hace a base de dinero. Que hace falta trabajo, eficacia realismo y humildad para reconocer errores . Pensamos que es la mejor fórmula para conseguir los éxitos que tanto les deseamos. Y esos condicionantes indispensables para el desarrollo y la implantación social que propusimos por escrito hace más de quince años. “Si nos equivocamos, nos estrellaremos, pero hemos decidido lo contrario”, nos dijo Kote Olaizola, con la mejor de las intenciones. Pues en esas estamos. El Segundo Equipo Senior vagando por esas categorías que casi nadie desea, y desde luego, impropias de un club cuyo primer equipo está en la máxima categoría, desvirtuando lo que debe ser un Segundo Equipo, transición de juveniles a senior, seniors con posibilidades de jugar eventualmente en el primer equipo, y románticos en buena forma para jugar dignamente en la categoría. Si juegan en cuarta categoría, ¿qué nivel de competición tienen? ¿Cómo puede contar el Entrenador del Primer Equipo con ninguno de ellos?
El Juvenil ha perdido su hegemonía en Gipúzkoa, y aunque eso puede ser generacional, no deja de ser un síntoma. El Cadete anda mejor, y tiene chavales que si se se les enseña lo que es el rugby, toda la cultura del rugby, pueden jugar muy bien arriba. Y la Escuela ha bajado mucho. No es la única, pero en este caso nos referimos a la que durante muchos años, junto con la de Hernani, han sido las mejores de Gipuzkoa. Aquí si que hay errores de concepto. Y los padres, con el tiempo, y comparando, se dan cuenta. No es una censura. Pero nos gustaría que reflexionasen sobre la forma de gestionar la Escuela. Ya sabemos que habrá gente que ha trabajado y sigue trabajando bien, y que se moleste por lo que escribimos. No va por ellos. Pero si por otros que no están muy lejos. Y estamos aquí, a disposición, para ampliar directa y personalmente cuanto decimos y pensamos. Y no tocamos de oido.
Y como parece que lo que toca el Bera Bera se refiere al Primer Equipo Senior (uno de los errores), recordamos las últimas cinco temporadas, porque las cosas no ocurren por mala suerte, como dicen algunos bienpensantes. El declive se inició cuando alguien, con la mejor intención, fichó al último entrenador francés, que con las mejores plantillas de la historia del Bera Bera, no fue capaz de conseguir un estilo de juego que enganchase al espectador, y marcase el camino a los jóvenes del club Y cuando se marcha, pone a parir al vestuario con todos los jugadores que ha tenido a su disposición, como si hubise sido un espectador durante estos años.. En tres años nadie pareció darse cuenta de que más parecía un Predicador que un Entrenador. Y que dejó un ambiente de vestuario de funestas consecuencias posteriores, como se ha demostrado. La siguiente fue el milagro del resbalón de Nin, pateador de Les Abelles falló en el último minuto del partido, uno de esos balones que se fallan una o como máximo dos veces en la vida. Si la clava, como todos esperábamos, Bera Bera a Segunda. Bajó Les Abelles, por ese error. Llegamos a la siguiente temporada, que es de psicoanálisis, pues todo se justificó con el cambio de entrenadores y la segunda vuelta, pero sin entrar a fondo en el análisis de toda la temporada. Parece que da miedo (otro error), y en una actitud que algunos consideramos improcedente y otros patética, por el fondo y por las formas, se “compró” una plaza para jugar arriba. Sin más mérito que el dinero que se pagó, suponemos que procedente en todo o en parte, de las arcas públicas. Y se perdió un año para acometer la refundación de la Sección de Rugby, que no del Club (otro error que advertimos en su día), que parece que con acierto o por obligación, se va a iniciar este año. Y este año, con los mismos entrenadores (a los que no imputamos en absoluto la responsabilidad), unos jugadores de alto nivel (a los que si imputamos casi toda la responsabilidad), sin acertar en el estilo de juego, cuando todo el potencial estaba “fuera” de la delantera, sacando de su “hábitat” de medio de melée a uno de los dos jugadores en mayor progresión, jugando de ala o centro, donde baja considerablemente su rendimiento, frenando la carrera deportiva de un especialista en el rugby, como es el medio de melée, joven y de casa. Nos referimos a Izko Armental. De lo mejor de estos años. Otro error.
No haber entrado enérgicamente en los comportamientos dentro y fuera del campo (sobre todo), cuando se conocían sus actitudes, de los jugadores extranjeros por todos conocidos, que han dado un gran ejemplo a los jugadores jóvenes de la plantilla y a sus asombradas e indignadas familias. Otro más.
Estamos pasándolo mal escribiendo esto de un equipo que queremos, pero callarse no sirve más que para engañarnos a nosotros mismos, diciendo que “to er mundo e güeno” y Viva Cartagena. Pues no, amigos. El asunto está jodido, y el rugby en Donostia muy mal gestionado. Hemos coqueteado con el pseudoprofesionalismo, y creo que ha quedado claro que estamos a años luz de poder abordarlo. No voy a recordar el desastre de Sevilla donde el árbitro tuvo que suspender el partido en el minuto sesenta y tantos por inferioridad, al enviar un “segundo equipo” contra el Cajasol plagado de internacionales, porque los titulares indiscutibles, incluso su entrenador, el ya mencionado Predicador, se quedaron en Donostia para integrar un equipo ajeno denominado Korsarioak, bajo el señuelo del profesionalismo que nunca llegó.
Parece que las personas más responsables del Bera Bera han decidido reconsiderar toda su estrategia, y nos alegramos, ya que hay que dar un golpe de timón, si no queremos bajar todavía mas del nivel en que se encuentran, o para ser más exactos, nos encontramos, que aquí para los momentos malos no se apunta casi nadie, y nos adelantamos a ofrecernos para lo que el club considere oportuno y podamos con la mejor intención realizar. Estuvimos en los momentos difíciles del inicio, y estamos ahora en la misma disposición. Pero no vamos a bandonar nuestro espíritu crítico positivo, pues callarnos no ha dado buen resultado. Suerte a directivos, técnicos y jugadores del Bera Bera, que les va a hacer falta, pues no lo tienen fácil.
Mercado Verano 2015/16
Hace 11 años
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