Mira que hay aspectos importantes para tratar en estos momentos en el rugby gipuzkoano, como son, el hundimiento económico (de crisis nada) de la Mutualidad General Deportiva que afecta a todo nuestro deporte, y la cantidad de deudas a los centros y personas de atención a deportistas lesionados, y el vacío que en estos momentos hay. Se están reuniendo los ¿interesados? dirigentes de instituciones deportivas a instancias del CSD, corresponsable por su inhibición ante los escandalosos resultados económicos que venía presentando la MGD, y nos imaginamos que con la típica falta de imaginación de los altos dirigentes, pretenderán imponernos “más de lo mismo”, con algún retoque estético. Y por aquí estamos perdiendo una ocasión de oro para contratar incluyendo a todo el deporte de Euskadi gestionando la integración en dicho Consorcio, por motivos operativos, a Nafarroa, en primer lugar, y a continuación, si sus autoridades deportivas lo consideran de interés público, con Cantabria, La Rioja y Aragón. Una Mútua del Nordeste (o Noroeste), y todas las cuotas de atención deportiva para la empresa de servicios médicos contratada.
Sabemos que tiene trabajo político y que tardaría meses, pero si se presenta como lo que es, de interés público, se podría establecer un calendario de trabajo con una fórmula de cobertura para los deportistas, provisional. Ahí tiene trabajo la “Confederación de Federaciones Deportivas “ que coordina (creo), la Consejería de Deportes de Lakua, y de la que se desconoce públicamente su actividad, exceptuando sus periódicas reuniones.
¿Que a qué viene esta extravagante y revoltosa sugerencia? Pues a la irremediable reducción del ámbito territorial de las competiciones, por razones estrictamente económicas, pues se está creando una casta deportiva que se lleva una gran parte del dinero del deporte sin pisar un campo deportivo (cuotas de inscripción exageradamente altas, fichas federativas abusivas, incapacidad para captar atípicos, etc.etc.), y una industria ligada al deporte que nos está llevando a su jardín económico con sus planificadas campañas publicitarias en equipajes y equipamientos, un sector de la salud (reconocimientos, equipamientos, rehabilitaciones, etc.,) que deberían ser gratuitos (o casi), pues el deporte social es un dique de defensa de la atención sanitaria por el reforzamiento de la salud de sus practicantes, evitando cuantiosos gastos de atención sanitaria en ambulatorios, hospitales y otros centros de salud física y mental.
A los políticos: El deporte, cuando se integra en el tejido social, crea una cohesión social que facilita el trabajo de las instituciones públicas, imparte educación cívica a través de cada deporte en sus practicantes, y en el rugby en particular, también entre sus espectadores, proponiendo unas actitudes éticas que luego se aplican en la vida cotidiana.
Todos conocemos la alarmante renuncia de los equipos femeninos de élite en basket y handball, Ros Casares (Campeonas de Europa, este año), el Celta de Vigo, toda la historia del basket femenino en primera final, con varios campeonatos, por Levante están cayendo como moscas, incluso los masculinos, los más sonados hasta ahora, el Menorca, que renuncia a la ACB, y el Torrevieja que renuncia a la ASOBAL, por motivos económicos de cuotas y avales. ¡Esto no puede ser¡ ¿Para qué está el Consejo Superior de Deportes, aparte de punto de colocación de inútiles enchufados? ¿Pero es que no se dan cuenta que el Deporte se va al garete? El deporte profesional necesita una regulación urgente en materia de retribuciones, y un rigor fiscal y recaudatorio, por parte de la Administración . Un país en quiebra económica, paga los más altos salarios a sus, llamémosles, figuras, porque la mayor parte, a juzgar por su actitud, de deportistas tienen poco, y los ejemplos de comportamiento dentro y fuera de los campos de juego, es deplorable. Esto los de uno, o dos deportes, porque el resto vive en la indigencia. Pero si además mimamos con tratamientos especiales (zonas de parking, abusos en los aparcamientos en los que el resto de días se sanciona severamente, disposición de gran parte de las plantillas de “orden público” dedicadas a poner orden (es un decir) sin coste alguno para el club que recibe, instalaciones municipales en la mayor parte de los casos gratuitas (o casi), y podemos seguir así otros tres o cuatro folios, llegamos a la conclusión de que esto es escandaloso e inaguantable. Y luego que nos llamen separatistas. Algo tendremos que hacer para conservar, al menos, nuestra dignidad.
Hace un año y medio, o por ahí, Rugby Times, viéndolas venir, propuso un Plan “B” para cuando llegase un momento parecido al actual, y pueden ustedes consultarlo. Proponíamos una competición entre Gipuzkoa (tres o cuatro equipos), Bizkaia (tres o cuatro equipos), Araba (un equipo), Cantabria (un equipo), La Rioja (un equipo), y la posibilidad de uno o dos equipos de Iparralde. Las fórmulas de competición y compensación a campeones y subcampeones, en metálico o en especie, pero tangibles, y el sistema de ascensos descensos, dos competiciones por temporada, etc.etc., se apuntaban, igual que los nombres de los posibles equipo participantes, `pero eso, naturalmente, lo tendrían que apuntalar los interesados, pero si se constituye una Organización Comarcal de Clubs de Rugby, en dos semanas está hecho. Estamos seguros de que vía Lakua o vía Diputaciones Provinciales y Gobiernos Autonómicos (en sus casos), apoyarían, primero políticamente, y también económicamente. Porque les interesa, como ya se ha explicado más arriba.
Y esto no sólo es una cuestión de voluntad, sino de evolución inteligente. Si continuamos con el mismo sistema, vamos a andar como puta por rastrojo. Los directivos sanos se van a “quemar”, y los incapaces nos van a invadir con su protagonismo irresponsable. No es la primera vez. Además, ya es hora de que cuenten con la familia del rugby cuando se legisle sobre rugby. No se puede cobrar una cuota por inscribirse en la Copa Gipuzkoa cuando se ha pagado la ficha federativa que incluye hasta los gastos extramatrimoniales de algún presidente de federación, y no nos referimos a las nuestras. No se deben cobrar cuotas de inscripción a los equipos juveniles y cadetes. Se hace un cálculo económico (diez minutos), de los costes de arbitraje y cobertura médica, y ni un euro más. Al personal de las federaciones se le paga con las subvenciones “ad hoc” de de CV y DF. El Presidente no cobra, y los gastos, con lupa.
Estas organizaciones sectoriales de cobertura de seguros y competiciones deportivas, reducirían considerablemente el coste a los clubs, las cuotas de inscripción en las competiciones podrían reducirse del orden de un cincuenta por ciento, y los contratos de compra de materiales y equipamientos, así como desplazamientos, podrían contratarse centralizados y controlados por la Asociación de Clubs de Rugby, siguiendo el mismo procedimiento unido en contratos de publicidad, etc., dejando un margen acordado a cada club, para que disponga de sus propios espacios e iniciativas, coordinadamente.
Hay materia deportiva concreta con nombres propios que nos hubiera gustado reflejar, pero tal como está la situación, y viendo lo que viene, nos ha parecido más oportuno tratar el tema de estructuras, porque al final, repercute en el juego y en el jugador, que es lo que a todos nos interesa, pero en fin. Hasta otra.
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