La cofinanciación institucional

Como consecuencia de la vergonzosa gestión económica de la real sociedad de San Sebastián, la Diputación ha decidido aceptar las draconianas condiciones del Convenio de Acreedores, lo que supone en la práctica, una semi-condonación de la deuda que esta entidad, Sociedad Anónima Deportiva tiene con nuestra Diputación Foral, y que asciende a casi 24. millones de euros (mas de CUATRO MIL millones, si hablamos de pesetas), suma escandalosa, diríamos delictiva aunque hablemos de deportes. ¿Quién ha permitido llegar a esas cifras? ¿Es éste el comportamiento habitual de nuestra Diputación en materia recaudatoria? Si es así, y no hay discriminación positiva hacia la real, ¿cuánto dinero se nos debe a los ciudadanos en el total de Gipuzkoa? ¿O es que nuestras empresas están administradas adecuadamente, y la real, no? No vemos que a una Sociedad Anónima, que tiene un accionariado y no responde de nada cuando pintan bastos, tengamos que condonarle nada. No es el dinero de los políticos que toman la decisión, es NUESTRO dinero. Porque además les permiten el secretismo de sus movimientos dinerarios, y no conocemos lo que ganan unos y otros en esa entidad (bastante inútiles, por cierto, si vemos la situación económica y deportiva), y nos da la sensación, de que la empresa puntera en Gipuzkoa, la que más trabajo y tributos genera, la CAF de Beasáin, tiene un Director que probablemente gane bastante menos que un jugador de la real arruinada. Y eso sería un escándalo. No se puede comparar la responsabilidad de uno y la de los otros. ¿Quién pone los sueldos y paga las primas de fichaje, comisiones, etc.? ¿Dónde están ahora? Ni una declaración. Antes aparecían todos los días en la prensa, impartiendo lecciones de “savoir faire”. ¡Tercermundista …!
¿Y qué tiene que ver esto con el rugby, que es lo que habitualmente nos ocupa? Pues que el actual Diputado de Deportes de la Diputación Foral de Gipuzkoa nos dice que tenemos que modificar nuestra forma de entender el deporte de elite en Gipuzkoa. Como diría el clásico “¡Joder con el Profeta …!. Eso ya lo dijimos nosotros el primer año que empezamos a escribir en este blog (el pasado), bajo los títulos “A las Instituciones Públicas”, “Co financiación de los Presupuestos” y “Las Instituciones Públicas en el Deporte”, con el más absoluto silencio por respuesta. ¡Claro que hay que cambiar de criterio! Empezando por el que aplican ustedes en el deporte. Que miran más a la opinión pública como una huerta de votos, en lugar de los que delegan en ustedes con buena fe sus dineros. Dineros incluso, de los que no delegan en ustedes (los que no les votan), lo que debería hacerles incluso más cuidadosos con la disposición de los fondos.
Hablan ustedes de cohesión social y parecen muy sensibilizados en la entrevista DV del 2/l0/09, y de lo que la real contribuye al PIB de Gipuzkoa, aspectos ambos más que discutibles como intentamos desarrollar a continuación, sin pruebas, por supuesto, como ustedes en la citada entrevista. La cohesión social es como ustedes dicen intangible y que nosotros, en este caso también calificamos de dirigible, a favor de lo que nos convenga. La mencionada entidad dedicada en la actualidad casi exclusivamente al fútbol empezó a generar simpatías colectivas en la provincia, como consecuencia de la extraordinaria gestión directiva de D. Jose Luis Orbegozo Balzola como Presidente de la Real Sociedad Club de Futbol (no Sociedad Deportiva), plasmada en el campo por un equipo de jugadores gipuzkoanos que llegó a conseguir los máximos galardones estatales. Eso fue un movimiento espontáneo y lógico en los comportamientos populares que necesitan alguien a quien querer y admirar sin tener en cuenta sus errores. La familia es otra cosa. Pero a medida que la real conseguía adeptos, los clubes de la provincia los perdían. Aquellos partidos de Preferente (y no hablamos de Tercera División) entre Hernani y Tolosa, Touring-Pasajes, Anaitasuna – Lagun Onak. Mondragón – Aretxabaleta, etc.etc. que movilizaban cientos y miles de personas detrás de sus equipos favoritos, han desaparecido. La provincia ha sido interiormente desmovilizada a favor de la capital. Y nosotros preguntamos a la D.F., ¿cómo se llama lo contrario a cohesión social? Pues eso es lo que ha ocurrido en la provincia de Gipuzkoa. Con el agravante de que será muy difícil recuperar ese sano espíritu del orgullo de pertenencia. Y lo que es todavía peor, que la real de entonces, con arraigo, con identidad, con clase dentro del campo y de los despachos, admirada, no se parece en nada, insistimos, en nada, a la actual. Y para hablarles en el idioma que mejor entienden ustedes, señores recaudadores, la de antes, la buena, era lo que llaman un sujeto fiscal activo (que aporta), y la de los últimos años, es un sujeto fiscal pasivo (que demanda). Y ahora háblenme del PIB (Producto Interior BRUTO) y de las aportaciones positivas de la real a dicho fondo. Una entidad que ha recibido de los dos últimos equipos de gobierno de la D.F. (exceptuando el actual de Markel Olano), mas de TRES MIL MILLONES DE PESETAS, ¿también computa en el PIB como ingreso? Y los casi VEINTICUATRO MILLONES DE EUROS de la deuda actual,¿ también han computado como PIB? Las cervezas que se toman los aficionados de la provincia (y que no se las toman en sus localidades de residencia), tendremos que convenir, señores de la D.F. que no dan para tanto. Se impone desglosar el cálculo que hacen para asignar a la real su aportación IMPORTANTE al PIB de Gipuzkoa, sino, pensamos suspicazmente que es una mala justificación.
Viene todo esto porque hay otra entidad deportiva gipuzkoana que recibe importantes subvenciones municipales y provinciales (de la capital, para más señas) que viene justificando las cantidades recibidas, reclamando mayores cantidades, incluso, con parecidos argumentos, y uno de los argumentos que presenta como “reversión económica a la sociedad,” es lo que gasta al año en calefacción de sus instalaciones.. Vamos, lo que se viene llamando por ustedes el PIB. Y nosotros decimos, si una entidad tiene ocho mil socios que pagan cuota y otros dos mil que pagan entrada, habrá que proporcionarles un confort térmico mínimo, sino se darían de baja o no acudirían a los partidos. Por tanto, deducir el coste de la calefacción de los ingresos por cuotas y entradas. Y no quejarse a las autoridades municipales y provinciales de que les dan poco dinero, y que ellos “producen” o revierten importante PIB.
Alguien tiene que poner un poco de rigor y justicia retributiva en el deporte gipuzkoano. Y por una vez, y lo decimos muy en serio, estamos totalmente de acuerdo con lo que el Sr. Galdós, persona entrevistada en DV, representando a la Diputación Foral de Gipuzkoa en calidad de Diputado de Deportes, dice en la mencionada entrevista. Hay que poner orden en casa. El que quiera aventuras, que las pague. Y los que preconizamos una práctica social deportiva subvencionada, ayuda. Y si no se puede jugar en Primera, porque los de otras latitudes disparan los costes, se juega en Segunda, que los valores y la rentabilidad de la práctica deportiva no se miden por títulos. Aquí tiene que estar el dinero público. El deporte profesional tiene que tratarse en clave empresarial. Que los límites de inversión los marquen los fondos propios, no los institucionales. Los profesionales, que proporcionen un espectáculo de calidad, tendrán espectadores, y recaudarán por taquilla, y si son hábiles, conseguirán rendimientos atípicos, pero que se lo curren. Como el resto de las empresas. Y si son de baja calidad, tendrán que disolver el club, o reconvertirlo. Ni más ni menos. ¡No más “reales”! El dinero público, para el deporte social. Y si no saben cómo distribuirlo, les ayudaremos a hacerlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario