Los dineros del rugby

O mejor dicho, los dineros en el rugby. Nadie sabe nada de nadie. Hay un celo ocultativo a todos los niveles, que mosquea. Las cuentas que salen raramente y por alguna incidencia a la luz, son crípticas. O sea, todo menos claras. “Otros Gastos”, “Gastos Varios”, etc., con cifras altísimas. Cuentas sin auditar, presentadas de forma confusa en una Asamblea, y porque es preceptiva, en la que se discuten tonterías para pasar el tiempo, y cuando se puede preguntar algo con sentido común, se termina la Asamblea, porque los convocantes celebran la misma en locales con horario laboral, y porque muchos asistentes (socios), tienen la incultura de marcharse del acto, indefectiblemente, media hora antes de terminar, por lo menos. Total, lo que decimos al principio. Aunque oficialmente hay cauces de información, no hay control sobre los mismos, convirtiéndolos en inoperantes. Otro aspecto negativo es, que nadie informa voluntariamente, como si los datos tuviesen un tratamiento de espionaje industrial. Se quejan de que en el rugby gipuzkoano los clubes andan escasos de socios. ¡Normal! No se implica a nadie en la gestión. Pagar la cuota y callar. La gente está harta de ser comparsa de las organizaciones oscurantistas, sean políticas o deportivas. Curiosamente, las industrias, que se juegan su dinero, tiene mucha más transparencia en la información económica.
En estos momentos, desde la organización matriz (así se autodenominan) de la competición Superibérica de rubgy en la modalidad de franquicias (sin ascensos ni descensos), al margen del control federativo, que se considera la apertura al profesionalismo en el rugby, han establecido que todas ellas tienen que tener un encaje jurídico en la legislación española, esto es, una estructura empresarial, con su capital social desembolsado y demás obligaciones legales. La segunda edición de la SI empieza teóricamente en Abril-Mayo y termina en Junio. Como se ve, para ser profesional, tiene un recorrido muy corto. Pero es que no puede jugar antes, porque los jugadores de las franquicias forman parte de los clubes de rugby de las competiciones oficiales organizadas por la FER, que terminan en Mayo.
Vamos a dejar a un lado las desavenencias entre ambas competiciones y sus rectores, para centrarnos en la gipuzkoana. Korsarioak. Participó el año pasado con la base del equipo Bera Bera y la aportación de casi todos los equipos gipuzkoanos y alguno de Iparralde. Este año la cosa está más compleja en el aspecto deportivo, pero lo dejamos al margen, de momento. ¿Qué Capital Social (o la forma jurídica similar) tiene la franquicia gipuzkoana? ¿Cómo está distribuido? ¿Hay clubes en su accionariado? En caso afirmativo,¿ es legal esa inversión?. Si no se ha constituido jurídicamente, ¿qué forma administrativa ha tenido la actividad de la primera edición? ¿Cómo se han registrado los Ingresos y los Gastos?. ¿Si los aficionados tienen interés en participar en el “accionariado”, ¿a quién se tienen que dirigir? ¿No parece más interesante una convocatoria pública de participación realizada por la franquicia por su propio interés? ¿Existe un acceso a las cuentas detalladas del pasado año, para saber dónde se invierte? Habrá resultados económicos positivos o negativos de la gestión 2009 ¿cómo se han aplicado? Tenemos muchas más dudas, pero no esperamos respuestas a lo que exponemos, posiblemente porque nuestro blog no lo lee nadie. Pero es nuestro único vehículo de difusión de nuestras inquietudes, porque si esperamos que la prensa gipuzkoana le hinque el diente a estos y otros asuntos de la problemática de nuestro rugby, vamos de cráneo. ¡Cuánto echamos de menos una crítica documentada y responsable! ¡Y cuánta falta le hace al rugby para su progreso ! Aquí cada uno campa como le parece, y no insistiríamos si lo hiciesen con su dinero personal, pero todos los clubes y federaciones reciben dinero público, administran una imagen colectiva que les permite un acceso preferente a instalaciones públicas, y otras varias ventajas que tienen que ver con lo social y no con lo particular o privado.
Reclamamos saber por cauces público, como se distribuye el dinero en el rugby. Así sabremos (por ejemplo), cuánto cobra el jugador de casa, y cuánto el de fuera. Cuánto cuesta el gasto en especie (pisos, etc.), cuánto se aporta a la Seguridad Social, Hacienda (I.R.P.F., I.V.A., etc.), qué incidencia social directa tiene la entidad (nº de socios, situación en el pago de las cuotas, que esa es otra), ingresos por publicidad y sponsorización (donde se determina la solvencia de gestión de los directivos), y otros ingresos y gastos típicos y atípicos. Todo con claridad y honestidad.¿ Que hay que pagar a técnicos, jugadores, empleados y asesores?¡Por supuesto! ¿Qué se pueden equivocar en las contrataciones asalariadas? ¡Disculpados, de antemano! Lo que faltaba. La gente valiente toma decisiones. Y siempre hay riesgo.
No deseamos dar la sensación morbosa de querer información para manipular, marujear o criticar a toro pasado. Nada de eso. El rugby despegará cuando se integre en las formas sociales. El profesionalismo se establecerá al nivel que la sociedad lo soporte, cuando los conocimientos y posibilidades de esta dedicación, desde años antes de decidirse, se conozcan.¿Cómo voy a abandonar mi plan de vida (estudios, vida laboral, ocio, cultura, etc.) por algo que no se qué alcance y solvencia tiene? El rugby profesional existirá si el rugby aficionado es pujante. Y tendrá que presentar como atractivo, algo más que dinero, porque con lo que se puede ganar en cinco o diez años no se puede vivir veinte o treinta años, en tanto que una posición laboral sólida, basada en unos conocimientos técnicos profundos y constantemente actualizados, con una cultura industrial, permite abordar un proyecto familiar o una inversión en formación y cultura con muchas mayores garantías de cumplimiento. No vamos a entrar ahora en las exigencias físicas que una práctica profesional del rugby exige. .Lo dejamos para otra ocasión. Deseamos insistir que para que el rugby progrese, tiene que estar dirigido por personas con capacidad de gestión (no digo muy alta, pero sería muy recomendable), porque para enlazar con la evolución social, tecnológica, etc., hay que trabajar mucho y bien. Que no solo es jugar al rugby, sino gestionar adecuadamente todos los recursos que necesita, que concurren, y optimizar la rentabilidad de los recursos humanos y materiales. Y esto choca con el secretismo. No confundir con la confidencialidad. Que sabemos distinguir.

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