Media temporada

Algunos hemos disfrutado de la primera mitad de la Liga Renfe, y no nos hemos acordado del bajo nivel del rugby español. Es el encanto del rugby en directo. Empezamos a conocer a algunos jugadores de los equipos contrarios, lo que nos parece positivo por la estabilidad de las plantillas, cuando no se produce cambio de equipo, y de que los extranjeros están a gusto en nuestro rugby, aunque esto tiene dos lecturas. Nosotros nos quedamos con la positiva. De los jugadores españoles, el cambio principal se ha producido con el desmantelamiento del histórico Canoe (CRC) y su impactante venta de plaza en Honor “A”, de la que ya hemos tratado en otras ocasiones, aunque no se han disipado las dudas reglamentarias sobre el caso.
Seguimos con los problemas en la primera y segunda línea, con jugadores “de andar por casa”,y la tercera línea, clave en un equipo, está monopolizada por jugadores extranjeros, y esto si que empieza a ser ya sorprendente, pues equivale a decir que los jugadores “nativos” no saben lo que es jugar de tercera, porque aquí no se trata de físicos, que hasta ahí ya llegamos. ¡A ver si vamos a llegar al semifondo del problema …! ¿Son los entrenadores, o los directivos cortoplacistas? Porque si se ve proyección en un jugador, y no me digan que no hay proyección en diez o veinte jugadores de veinte años, por ejemplo, de los que sigue o debería La Academia, y están chupando banquillo, porque el que ocupa su puesto tiene treinta y tres años y es más fiable….¡Joder!, y seguirá siéndolo si el chaval se va desengañando día a día, empieza por no darle importancia a su preparación, y termina jugando “tocatas” con su cuadrilla o con los veteranos. Así se desmanteló el gran Atlético San Sebastian. Sacando a las vacas sagradas hasta que se cayeron a pedazos, mientras una generación estupenda de juveniles cambiaba de deporte. Ni en rugby, ni en ninguna faceta de la vida, te levantas un día y te paran por la calle para resolverte un problema. No se, igual en las películas …
Andamos como puta por rastrojo detrás de un pateador que administre dignamente los pocos balones limpios que tiene la selección española. La carrera de un Apertura ó un Zaguero QUE TENGA CONDICIONES, es de cuatro o cinco años. Y ese es el tiempo mínimo que necesita un jugador (nivel intelectual aparte ..), para que su equipo le dé confianza, o dicho en otras palabras, “permiso para fallar”. Y el jugador será si quieren ustedes, un lobo estepario, que viene a chutar cuando no tiene entrenamiento, que se va el último porque se queda chutando, porque es el que más sabe de botas, calcetines y vendas elásticas, del equipo. Pero con frecuencia, lo hace solo. Me he fijado mucho y durante mucho tiempo en mi zona, y te das cuenta que los pateadores que tenemos son autodidactas. No tienen un entrenador al lado que entrene su técnica (no hay una definida, pero sí unos fundamentos), su estado mental (capacidad de abstracción …) y otras varias e importantes facetas que necesita dominar el pateador, para ser efectivo en cualquier fase del juego, sea en defensa o en ataque.
Pero la mentalidad en los clubs es la de que un entrenador “de esa faceta” es un lujo. Alguna vez, y eso me ha tocado, cuando estás aconsejando al chaval, y llega “un mensajero” a decirte que tu allí no pintas nada. Que para eso está el entrenador (el que no entrena el juego de pié, porque no sabe). Y lo que escribo al respecto, no lo digo de oído. Está claro que este no es un tema de debate, sino de ponerse a trabajar, visto el impacto que en todo el mundo tiene en los resultados, el juego de pie.
Voy a poner un ejemplo reciente del partido que hace unos quince días ví en el Miniestadio de Anoeta entre el Bera Bera y el Alcobendas (¡vaya municipio para el deporte!). Los de casa se pusieron con 29-9 el segundo tiempo y piden palos en un golpe de castigo ladeado desde detrás de la línea de medio campo (en su campo). Como es normal aquí y ahora, falló. No voy a entrar ahora en la toma de decisión de tirar a palos, con ese resultado y en casa. ¡Rácanos! Pues va Alcobendas y empieza a jugar y pone en peligro el resultado, estando a punto de bonus. Porque no se lo creyeron y reaccionaron tarde. Desplegaron buen rugby, pero ligero. Bonito, pero inconsistente. Porque jugaron cuatro y los demás viendo contrapies sin ganar metros. Se agradece desde la grada, pero nada mas. El rugby español estará bajo, pero la Liga Renfe no es ningún cachondeo, y para conseguir resultados positivos (habrá que ganar, de vez en cuando …) hay que poner a trabajar a todo el equipo y con los medios adecuados a las posibilidades. Alcobendas tiene a dos o tres chavales (bueno, alguno creo que un poco mayor) en la delantera, que igual no empujan como mulas, pero en touche, en Anoeta, eran imbatibles. Si hubiesen dispuesto de un pateador, encierran a los de casa en su veintidós, y a ver qué pasa, que una touche larga a diez metros es muy difícil de defender, y no es lo mismo para la línea ganar quince metros y estas ensayando, que ganar treinta metros y quedarte a la Luna de Valencia.
Un buen pateador hace jugar a todo el equipo. Da confianza. Oxigena a la delantera cuando lo necesita. Y equilibra o distancia el marcador. Ejemplo: Larretxtea, la pasada temporada en Bera Bera, jugando lesionado (se ha retirado)
Tampoco vamos a descubrir América.
Hemos llegado al final del articulillo, y no nos hemos metido con la FER. ¡Aleluya, we can.

1 comentario:

  1. No fue el mejor partido del Alcobendas, que es ahora mi club, pero me alegro que sigas en la brecha Luismari, igual que cuando nos entrenabas a los cadetes del ATSS allá por el 79/80

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