No parece tiempo de escribir de rugby en Gipuzkoa, pues los equipos de competición no volverán a los campos de juego, hasta primeros de Agosto, y algunos hasta Setiembre.
Hay que decir que todavía colean algunas “series” de Seven (rugby a siete) en plan turismo-pachanga que no sabemos el impacto que va a tener en los jugadores cuando regresen a jugar XV. Demasiados vicios técnicos hemos visto en algunos torneos, y unas diferencias abismales entre equipos, pero como hay que jugar a Seven por Decreto, que para eso somos “casi” olímpicos, pues ¡hala!, a jugar como locos.
Los jugadores de XV, en una temporada normal, deben desconectar y cambiar de actividad deportiva sin compromisos ni competiciones. Disfrutar del tiempo libre y eliminar todas las toxinas mentales que algunos momentos desagradables de la temporada de competición siempre comportan.
De todas formas, en el Hemiasferio Sur, donde se juega el mejor rugby del mundo, está a punto de jugarse la final del Supe XV, acaba de empezar la Pacific Cup entre Tonga, Samoa, Fiji y Japon, y se prepara el Tri Nations entre Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda, y ya tenemos en Seteimbre el Campeonato del Mundo a celebrar en Nueva Zelanda. Por tanto, hay rugby para admirar y tambien, porque no, para aprender algo.
Pero lo que el título de este escrito pretende, es resaltar la importancia que los meses Junio-Julio y hasta Agosto tienen para los directivos de los clubs, pues del acierto de sus gestiones dependerá en gran parte la configuración de los equipos y la marcha de la próxima temporada en el aspecto económico, pero también en gran parte de lo deportivo.
Teniendo en cuenta que varios equipos gipuzkoanos van a tener dos o tres equipos masculinos seniors, algunos senior femenino, juveniles, cadetes, infantiles de competición y Escuela, calculando un mínimo de veinte fichas (son pocas) por equipo, estamos tratando entre un mínimo de cien y un máximo de doscientas fichas fesderativas, reconocimientos médicos, camisetas, pantalones, medias, y vestimenta suplente. Sin hablar de personal auxiliar, botiquines y alquileres de campos, estamos en cifras astronómicas para un deporte que, salvo dos o tres equipos, apenas recaudan ingrsos típicos directos.Por tanto, deben tirar de imaginación, primero, para completar los equipos de sus club, y a continuación, para financiar su actividad.
Hablando de los equipos seniors masculinos, los que han cuidado los segundos equipos tienen un recorrido seguro. Con medio equipo que se quede del año anterior, algun fichaje que siempre cae, y medio equipo del segundo, tiene plantilla. Si tiene técnicos y delegados que hayan hecho bien su trabajo en juveniles, los que pasan a senior de primer año se integrarán en el segundo equipo (salvo abandonos del rugby), y así seguimos con Cadetes, y estos con Infantiles de Competición y de Escuela, algunos que empiezan a esa edad por curiosidad, o por la cuadrilla.
Estos son los casos de los equipos que han trabajado bien las anteriores temporadas, y que el problema de las plantillas lo tienen casi resuelto a principio de temporada. Ahora falta “la pasta”.
Hay que llevar espectadores al campo, aunque sea con entrada libre. Y además hay que hacerles agradable la estancia con música agradable de volúmen moderado, bar-ambigú con dos o tres pinchos fáciles y un caldito (sobre todo cuando hace fresco), unos pasamanos tubulares para subir y bajar a las gradas, ya que hay personas “mayores” o con las rodillas “cascadas”, que necesitan esa seguridad. Es interesante, por no decir indispensable, la figura del locutor-animador-educador-pedagogo-informador, o como se quiera denominar, que además de controlar la música ambiente, oriente a los espectadores sobre determinadas jugadas, las costumbres-valores del rugby, alineaciones, resultados, etc.etc., porque mucha gente, al no enterarse de nada, no se implica, y ni vuelve, ni difunde el rugby.
Alguno dirá: Y todo eso emcima gratis. ¡No! Las consumiciones del bar dejan una pastita. Y una grada llena es una buena foto para presentar a los clientes de publicidad, a las instituciones, etc.etc.. Es una forma de ingresar atípicos (indirectos). De todas formas primero hay que formar familia, y después, si los equipos del club responden (técnicos y directivos incluidos), ya se puede plantear cobrar entradas, vender fotos enmarcadass de los equipos, hacer planteamientos de nuevas instalaciones ante las instituciones, etc.etc.. Pero empezando por el principio: Los espectadores. Los que llevamos unos años en esto sabemos que es nuestra asignatura pendiente. No habrá estabilidad deportiva sin estabilidad económica. El rugby es una estructura cara deportivamente hablando, y la clave son los espectadores. El trabajo de los directivos debe abrir un área en todos los clubs gipuzkoanos para abordar este cometido de relaciones públicas, con los medios de difusión, con empresas e instituciones públicas y privadas, con las familias de los jugadores, y un amplio etcétera. No podemos seguir con la rutina de los años anteriores. Sabemos que hay crisis de directivos, pero tendremos que “tirar” de exjugadores del club. Siempre habrá alguno con ganas de echar una mano. Se puede empezar por organizar una cena (pagando cada uno), y después del café y el patxarán hacer estos planteamientos y pedir ayuda. Seguro que mas de uno se apunta y además aporta algo a favor del club.
¡Ah! Y contactar con todos los clubs gipuzkoanos y haceros planteamientos no solo para jugar amistosos. Podeis encontraros con posibiloidades de mejorar las economías de vuestros clubs. Seguiremos sobre el tema. Tenemos que aprovechar los cincuenta años de experiencia ,aunque no sea más que para saber lo que no hay que hacer, y para evolucionar con la sociedad. Tenemos que actualizar nuestro rugby. Animo..
Mercado Verano 2015/16
Hace 11 años
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