Hernani

Lleva tres temporadas en División “B”, intentando ascender a División “A”, con el consiguiente disgusto al final de sus magníficas temporadas. Desde Rugby Times siempre hemos expuesto nuestra opinión contraria a ese ascenso, explicando nuestros fundamentos, que, cada temporada se confirmaban.
Siempre hemos respetado, aunque no compartido, ese deseo de la experiencia en la máxima categoría del rugby español, pero hay que tener en cuenta, como se dice ahora, de los efectos colaterales, un eufemismo como otro cualquiera para intentar justificar una errónea decisión ante un panorama de “tierra quemada”, como es la quiebra económica y su correspondiente repercusión en toda la estructura deportiva del club, la dificultad añadida de encontrar clientes de publicidad, al estar de forma reciente el nombre del club, de derrota en derrota, y eso no vende. Se admita o nó, la desmoralización y consiguiente abandono del club, abulía en los entrenamientos, y un largo etcétera que en la reciente historia de nuestro rugby ya se ha producido en otros clubs.
Pero este año las circunstancias son más favorables para optar al ascenso, y mantenerse algún tiempo en División Honor “A”, y aunque faltan algunos “flecos” por solucionar, el club tiene que entrar a organizarse la próxima temporada como si se hubiese conseguido el ascenso. Y no es falta de respeto al contrario, sino que los “tempos” de la administración pública, por ejemplo, no son los industriales. Y ponemos en primer lugar la ampliación de la tribuna, de titularidad municipal.. Sin entrar en detalles, la infraestructura está casi hecha, y el coste no sería muy alto. Necesita un Club Industrial en el que incluya a la Hostelería, Pymes, Servicios, Instituciones de Enseñanza Público/Privados en el que todos tendrían un trato de honor, creando una representación material creativa como símbolo de adhesión al Pueblo, al Club y al Rugby. Los Socios del Club Industrial podrían contribuir como compradores de publicidad desde los formatos más modestos, hasta los de diseño especial (una gran kupela, por ej.), con subvenciones directas, proporcionando trabajo mediante una línea de comunición con el Club, actuando como Proveedores de Preferencia en precios y plazos de cobro, y mil, decimos mil soluciones potenciales más.
Porque el Club, en el capítulo deportivo, está preparándose para la División “A”. Los jugadores son los mismos de hace tres temporadas, pero con dos más de desarrollo muscular, experiencia, etc., que hace tres años. Siguen con carencias físicas y con un juego de paquete muy pobre técnica y tácticamente, pero tienen una movilidad , entrega y aguante como pocos, y jugando hasta el minuto 88 al ritmo del minuto 5. Además, el nivel del rugby español cada temporada es más bajo. La crisis afecta a todos, pero por ahí abajo, ha hecho estragos, y entre los extranjeros se ha producido la desbandada. Los pocos jugadores de aquí, presentables, se han pasado al Seven, primero porque tienen una beca segura, y a continuación pensando en los JJ. OO. de Brasil, donde entra el rugby a siete (Seven).
También sopla el viento a favor de la conveniencia y oportunidad de ascender este año, porque la liga de diez equipos se amplía a doce, y el play-off entre equipos de la “B” es asequible en el primer intento para el Hernani, plantilla ligera que llegará mejor que otras más pesadas.
Pero como decimos, decidirse ya, no en Mayo, porque no da tiempo para nada. ¿Qué nó se sube? Pues está claro. No hay equipo para ello, aunque creemos lo contrario. ¿Qué se consiguen algunos de los objetivos de las infrestructuras públicas, sociales, industriales, etc.? Pues a seguir en la misma línea, que se puede hacer una gran labor, y proporcionar un gran prestigio al entorno, sin ser el primero, pero con ética y filosofía que proporcionen confianza en el proyecto. Seremos 7.l45 o 27, pero todos con la marca Hernani Rugby Elkartea tirando orgullosos por el mundo.