La Copa se ganó el año pasado. En el código Rugby Times, la segunda consecutiva tiene más valor, ó sea, la Recopa. Si gana la del próximo año, ya la titularemos, aunque ya está en la mente, y no es “el rey de copas”. Como se puede apreciar por el comienzo del comentario, todavía nos dura la euforia del pasado domingo en El Sardinero, de Santander en la que se confirmó la existencia de una cohesión social hacia un proyecto deportivo, como es el que está desarrollando Ordizia Rugby Elkartea. Y el equipo-institución de rugby y la afición, pueden sentirse mutuamente orgullosos. Cuando pintaban bastos con el 17-0 y casi nadie confiaba en ganar el partido, sino en no perder por mucho, la afición con sus canciones emocionantes y voces de ánimo, empujó al equipo hasta el resultado final. Y para nosotros, fue el factor decisivo, porque sabemos por experiencia lo que ese apoyo supone cuando estás en el campo en esas circunstancias. Y vamos con el análisis técnico del partido.
De entrada, el VRAC no era el del año pasado en la Copa de la Liga, en Valladolid, y Ordizia era una incógnita por el estado de los titulares que se reincorporaban de lesiones, cansancio o problemas particulares. Lo que estaba claro, es cómo iban a jugar ambos equipos. VRAC a los espacios, y ORE al juego corto. Y los nuestros empezaron de cine. Cinco o seis minutos de juego corto, y la delantera de Ordizia había desmantelado a la contraria, y lo que es más importante, estaba realizando una operación de desgaste del contrario, que se nota a lo largo de todo el partido, y sobre todo en la segunda parte. Hasta que empezaron a abrir el balón, y a perderlo lejos de su delantera, que era la protagonista del partido. Y cuando tenían ellos el balón, andábamos de “recadistas” y Nacho, el back vallisoletano nos hacía “la picha un lío”. Y pasó lo que todo el mundo sabe, hasta que se volvió a la lógica del partido. A cerrar el juego, que como espectadores no nos gusta, pero como aficionados sí. Porque lo entendemos. Porque, dentro del Reglamento, cada uno juega con lo que tiene o puede en cada momento o con cada contrario. Y el del domingo pedía jugar cerrado, como ya dijimos en nuestro comentario pre-partido, y sin ánimo de pasarnos de listos. Y se provocaron las expulsiones típicas de impotencia, y la ventaja numérica producida por esta táctica de juego permitió abrir balones, ahora sí, para los formidables jugadores DE ATAQUE que tiene Ordizia. Porque la línea como tal, no existe. No tiene dirección, ni patrón de juego. No se diseña, se improvisa y faltan apoyos de la misma línea y del medio de melée, pero eso lo tiene que dirigir el medio de apertura, y Kroll, excelente técnica individual, no sabemos si sirve, pero hasta ahora no ha demostrado saber. Y del resto de la línea tenemos que decir que con y sin el balón demostraron su calidad y combatividad, incluido el chaval, Korta, que si las lesiones, trabajo estudios, etc., no se lo impiden, tiene un futuro ilusionante, y no sólo jugando de ala, pues le vemos (si se le enseña), mucho más cerca de la melée.
Tenemos que hacer una rectificación. Cuando en el comentario anterior nos referíamos a Imanol Iruarriz y sus extraordinarias posibilidades como flanker openside, desconocíamos su circunstancia laboral y va a estar ausente un largo período de tiempo. La prioridad es la profesión, sin duda alguna. Le deseamos lo mejor, que su estancia lejos de su familia sea compensada con sus logros profesionales y que sabe que su familia deportiva siempre está dispuesta para corresponderle a cuanto Imanol ha aportado a ORE desde la Escuela de Rugby, pasando por el mejor equipo juvenil que ha tenido Ordizia, y su extraordinaria aportación al primer equipo. Aunque siempre hemos respetado a los técnicos y directivos de ORE, presentamos nuestras excusas en el caso de que el comentario haya molestado.
Para terminar el comentario, transmitir nuestro acuerdo con la política de incorporación de chavales formados por los técnicos-educadores del Club, que aunque esta temporada no se hayan alcanzado los resultados de la anterior, a nuestro juicio tienen más mérito. La transición es muy difícil, y casi ningún equipo lo hace bien. Ese es el camino, según nuestra ya dilatada experiencia. Zorionak.
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