Luis Mari Ezeiza
RUGBY TIMES
Las Federaciones
Me refiero a las nuestras, a la Provincial y a la Autonómica. En mucha menor proporción a la Provincial, porque no dispone de medios, por tanto, centro el tema en la presidida por Iñaki Laskurain.
Los cometidos oficiales e ineludibles como representantes de nuestro rugby ante la Española, y de nuestro deporte ante el Gobierno Vasco y su normativa legal al respecto.
Los ingresos institucionales obligan a responder con claridad las cuentas correspondientes a las obligaciones contraídas en la forma legalmente establecida.
Los ingresos obtenidos por la tramitación de fichas e inscripciones correspondientes a jugadores, árbitros, clubs, delegados, etc., tienen diversos destinatarios como Seguro Deportivo, FER, derechos de arbitraje, porcentaje a las provinciales y algo que más que no haya tenido en cuenta, y el resto es de libre disposición, entendiendo esta libertad como ética y honesta dedicada a los fines de mejora de nuestro rugby.
En algunos ejercicios anteriores a la presidencia actual, la “cifra de negocio” ha superado los seiscientos mil euros, cantidad más que respetable hoy en día, aunque la disposición neta después de la aplicación de las partidas detalladas, sea sensiblemente inferior.
Además podemos añadir eventualmente algunos rendimientos atípicos por publicidad, marketing, etc. y tendremos la partida disponible.
Mi propuesta realizada personalmente al Presidente, es nombrar a una persona como adjunto a la presidencia (¡qué mal suena!), que vaya visitando a las directivas de todos los clubs que integran de forma activa la federación, y recoger las inquietudes, propuestas y necesidades de cada una de ellas, trasladándoles al mismo tiempo la información y datos con los que trabaja la federación, a la espera de los que reciba de los clubs. Naturalmente esto cuesta un dinero en concepto de gastos y dietas, etc., que podría ser asumible en parte, por otro cometido complementario técnico que figurase en el “staff” de la federación dentro del presupuesto económico del ejercicio. O por otra vía más imaginativa. El objetivo es disponer de un nexo entre los clubs y la federación, ya que por separado somos todos más débiles.
Yo le propuse a Iñaki una persona muy conocida por casi todos, agradable en el trato, culta y preparada en rugby entre otras facetas de la vida, y en mi opinión, con un carácter diplomático. Naturalmente, en caso de convenirlo, habría que convencer a esta persona, con la que yo al menos ni lo he mencionado, que a lo peor no le interesa, pero lo dudo por el concepto que tiene del rugby, y de su generosidad sobradamente demostrada.
Quede claro que ha sido mi propuesta de cometidos y persona, pero seguramente habrá mejores propuestas, y quizá personas más adecuadas. Sin problemas. Desde aquí lo que se pretende es proponer la unión de nuestro rugby, y si Mahoma no va a la montaña, la montaña debe ir a Mahoma (perdón si a alguien le molesta la cita), ya que está demostrado que aunque teóricamente la federación la forman los clubs, muchos de ellos, por desafección o por distancia, no viven su propia problemática, y muchas veces la información, en los dos sentidos, llega distorsionada a su destino. Con esta figura podríamos avanzar mucho.
Pero no es lo único que hoy quiero pedir a las federaciones. Nuestros clubs invierten cantidades importantes en la formación de los jugadores desde la Rugby Eskola hasta Sub-20, con la esperanza de que continúen en la edad senior, y que si es posible, después forme parte del equipo de veteranos, del equipo de educadores y técnicos, o en la directiva. Pero casi todo se viene abajo cuando llega la edad de senior. Se alude al trabajo, estudios, etc., pero eso ha ocurrido siempre. La realidad que todos conocemos, es que ese momento es una auténtica sangría económica, al comprobar cómo el setenta por ciento de nuestra inversión se va por la borda. Pero es que no continúan ni como espectadores. ¿Qué hacemos mal? Un debate abierto y sereno, organizado y liderado por la(s) federación(es), precedido de un trabajo estadístico de los últimos quince años –por ejemplo-, en la que figuren todas las fichas tramitadas, desglosadas por clubs, categorías y temporadas, por ejemplo, y entregar a cada club la que le corresponda. Y la federación, la Memoria General con su estadística propia. Y a partir de estos documentos, a sacar conclusiones. Y después de un período de estudio y reflexión establecido, convocar un debate, con los grupos temáticos que se planifiquen, y con un debate general en el que estén presentes todos los presidentes de todos los clubs acompañados de los directivos que lo deséen, y el máximo de autoridades representativas institucionales, universitarias, etc. etc.. Animo Iñaki ta Txuri. Aurrera.
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