Que Biarritz Olympique y Aviron Bayonnais estudien fusionarse no es nuevo, pero que en la actual situación es una cuestión de supervivencia en el Top 14 y en las consiguientes competiciones internacionales que de ella dimanan, no lo tiene que dudar nadie por motivos que son obvios. Entre ellos, que una plantilla de 60-70 personas entre jugadores y personal de ayuda, por poco que cobren, no se amortiza en el Top 16, por ejemplo.
Las diferencias entre “las aficiones” no son tan determinantes como una buena campaña de información, poniendo como ejemplos casos galeses, escoceses, irlandeses, o neozelandeses entre otros. Se han visto obligados a unirse, que no fusionarse, para representar a su Condado o Provincia en competiciones como las ligas europeas, Super Twelve (hoy Supe Rugby), etc., manteniendo su personalidad y filosofía en categorías más cómodas y asequibles económicamente. Que se juegue en Aguilera o Saint Leon (hoy Jean Daugé) permitirá unir a los aficionados al rugby en torno a una competición fuerte. Los hollygans a otro deporte.
Otra cosa es que los empresarios jueguen a presidentes y no lo hagan bien en el rugby. No todo es extrapolable. Y lo decimos nosotros que siempre insistimos que a la gestión de nuestros directivos (salvo una excepción), les falta componente empresarial. Pero a la gestión de los números. Lo sentimos por Serge Blanco, ex jugador de clase y talla mundial, que arrastra la pésima gestión de su antecesor dejando al mejor B.O. de los últimos treinta años con una imagen exterior desastrosa. Esperábamos un cambio de estilo por parte de Serge, pero ha mirado más hacia Paris (las malas lenguas decían que la FFR es un trampolín político), que hacia Hegoalde, que es donde estaba su vivero para llenar Aguilera todos los partidos, pero nos ha subestimado. El encanto inicial del partido contra el Munster en Anoeta, dio paso a los ladrillazos de partidos siguientes en los que jugaban a rugby los equipos visitantes. El B.O. sólo iba a ganar. ¿A ganar qué? Los espectadores vamos a ver rugby y al menos a los de aquí que conocemos, encantados que siempre ganen los dos equipos de Iparralde, pero jugando, que saben jugar, pero como decía el último o penúltimo presidente de Béziers (que aportó según él 600.000 Euros) “nosotros vamos a ganar, para jugar bien ya están los amistosos”. Pues qué bien. Así les luce el pelo. A ellos y a ustedes. Los últimos diez años, tanto Biarritz como Baiona, han sido los cuarteles de invierno de un montón de jubilados del hemisferio sur, dejando Tyrosse, Pehyreorade, etc., en manos de Dax, Mont de Marsan y …..Paris. Pero exceptuando a Balshaw y Joe Roff, los demás podían jugar tranquilamente en el Top 16, y algunos chuparían banquillo. Como muestra el comentario del ala internacional australiano Joe Roff: “en nuestro país primero juegas al rugby, y si puedes vives. Aquí, vives bien, y además juegas al rugby”. Es un comentario clave. Conclusiones libres.
Y Mr. Afflelou tiene el indudable mérito de su aportación económica anual, pero si se la “funde” en malas decisiones, posiblemente tengamos que pensar en valorar el intangible perdido en cuanto a imagen del A.B., porque los últimos años se ha convertido en una jaula de grillos, y eso retrae la captación de publicidad, entre otros varios y determinantes aspectos económicos. Que si, que hay menos dinero por la calle y en las familias, pero ¡cuánta incompetencia tapa la crisis…! Y en Hegoalde, al cambio, parecido, empezando por Donostia. Y por ahí, un poco más arriba, los siguientes son Dax, Mont de Marsan y …Bordeaux. Y un poco más a la derecha, Pau, Agen, Oloron, etc.. También pueden jugar al rugby de verdad, sin presiones de clasificación ni económicas, a lo que dé la comarca, con orgullo de pertenencia, a divertir y a divertirse, y a vivir de otra cosa que es lo seguro, porque si quitamos a Paris, Toulon ,Clermont Ferrand, Toulouse, y a veces Perpignan, los demás, (Castres …) están económicamente arrastrando el culo. Porque todo el hemisferio sur se ha dado cuenta del chollazo que tienen en Inglaterra y Francia. Y los nativos, a jugar cricket o a los bolos. El juego espectacular que tiene el Top l6 está muy por encima del agarbanzado del Top 14, y los campos están semivacíos. Pero también en Wellington con sus Hurricanes, y en Hamilton y Rotorua, con sus Chiefs. Y por aquí el único que llena, es Ordizia. Y el día que disponga de un parking un poco a mano, habrá bofetadas para entrar. Los demás, a pensárselo. Si quieren. Porque igual les importa un pimiento que se juegue bien o mal, que los chavales se identifiquen con el rugby y con el club, o que vayan a entrenar por ahorrarse el gimnasio. Que se diviertan o que se vean abandonados. Porque si nos atenemos a la deserción que se produce, algo malo estamos haciendo. Y de los ex jugadores, para qué hablar. ¿Es que no pintan nada en el club (desgraciadamente su ex club). ¿No merece dedicar una vocalía en las directivas que se ocupe y se preocupe de hacer un censo, un esfuerzo por reunir al grupo mas asequible, y a partir de ahí distribuirse cada uno para localizar y convocar a uno o dos, y así sucesivamente? Y a partir de ahí, “hacer familia”, como dicen por el cono sur americano. Y darle vida al club, y a los equipos. Creando un ambiente cordial, cediendo progresivamente atribuciones tipo Fundación a los veteranos, como podría ser las relaciones sociodeportivas con los clubs de rugby de la provincia, autonomía, participación en la Escuela de Rugby, atención a los familiares de los chavales, etc.etc.etc.. Joder, que todo no se consigue con dinero, y además, dinero hay. ¿Quién lo tiene? A lo mejor alguno de sus ex jugadores lo sabe.
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