La fuerza del dinero

Ya hemos incidido en varias ocasiones que practicar rugby en competiciones es muy caro económicamente, pero siempre nos hemos referido a nuestro rugby, que se ve en la necesidad de funcionar con calderilla, y de ahí el gran mérito de nuestros directivos para sacar equipos cada temporada. Pero ahora nos referimos al rugby profesional, y dentro del mismo al fenómeno Toulon R.C. francés, entidad que hasta la entrada o irrupción del actual presidente de la entidad, presentaba un historial modesto. Pero hace tres o cuatro temporadas, este atípico presidente que ve los partidos al lado del banquillo, y que disfruta como pocos con su equipo, ha puesto a disposición de la entidad unas cantidades desconocidas hasta la fecha –a título personal- en el mundo del rugby, y cuando decimos el mundo, nos referimos al de los dos hemisferios.

 La final de la Heineken Cup l3-l4 jugada en Cardiff contra Sarracens inglés, que es una sucursal sudafricana, la ganó por segunda vez consecutiva en un partido que aunque los guarismos digan lo contrario, no fue nada fácil. De hecho, Sarracens dominó todas las fases del juego en los primeros quince minutos, pero la selección mundial de jugadores que resulta ser el Toulon, defendió la posición, y en una contra demostró la justificación de las destacadas individualidades y el australiano Giteau marcó un bonito y difícil ensayo, que dio paso al recital Wilkinson en su teórica despedida del rugby de élite, si medio mundo no le convence para continuar. Pero no tratamos de informar sobre el partido, sino de sus protagonistas. El primero, el presidente, a continuación, el equipo técnico dirigido por Mr. Laporte, ex seleccionador de Francia y ex ministro de deportes, personaje peculiar, intransigente y de difícil trato según el entorno que ha sido cercano, pero un gran conductor de egos y un buen estratega planteando los partidos de alto nivel. Y a continuación, la plantilla. Salen a jugar la final, con Carl Heyman de piler izquierdo. Neozelandés, all black, enorme físicamente, y con un excelente juego de balón. Lo cambian en el segundo tiempo, y sale del banquillo Castrogiovanni, ex de Leicester Tigers, y curtido en mil batallas, nunca mejor dicho, porque está en todas, y tiene la “rara habilidad” de que de diez, ocho le pitan golpe de castigo al contrario. Y encima le hace gracia, porque le sale esa sonrisa expresiva mirando al sancionado, y que podemos traducir como par-di-llo …. Dicho esto, es uno de los diez mejores pilieres del mundo, y es el segundo del neozelandés. A continuación, cambian a la segunda línea, que es titular de los Springboks sudafricanos, y de las cinco mejores del mundo Botha y Rousouw”, y salen Ali Williams , neozelandés, all black con físico y juego a la altura de su historial desde los Auckland Blues en el 2003, y Jocelyn Sutha, internacional francés titular, o casi. ¡Toma poderío …! Detrás de ellos, en la tercera línea, y como “blindside” (6), Juan Smith, sudafricano, campeón del mundo y dentro del Top Five en su puesto. De “openside” (7), el argentino Fernandez Lobbe, Puma de gran prestigio, y posiblemente el mejor jugador de su nacionalidad dentro y fuera de su país. Y en el centro, (8) Steffon Armitage, inglés, internacional y nombrado MVP de la final, Johnny al margen. El medio de melée Tillous Borde, francés, internacional con la primera selección. Y continúa el elenco de figuras con Johnny Wilkinson como medio de apertura y arquitecto del equipo. No tendríamos espacio para valorar sus méritos. Considerado mejor apertura del mundo hace dos o tres años, y para muchos, todavía. En todo caso, de los tres mejores, hoy en día. A su derecha, el australiano internacional con la mejor Australia y con los mejores Brumbies de la historia, Giteau. Que aunque juega a la derecha del apertura, sus mayores éxitos los ha conseguido como medio de apertura. Una garantía en defensa, un gran pateador para cuando haga falta, y un atleta para desbordar en los grandes espacios. A su derecha (13) el francés internacional hoy indiscutible, Bastareaud, que aunque no sea un segundo centro clásico, su físico le permite ser una perforadora. Y a su derecha (11), Bryan Havanna, sudafricano Springbok, campeón del mundo, jugador rápido y muy técnico, gran marcador de ensayos, aunque no está en su mejor forma. El otro ala (14), internacional francés, y el back Delon Armitage, internacional inglés, sobrio, seguro y brillante cuando se intercala en la línea apoyado en su excelente condición atlética.

 Resumiendo, los franceses son el 1, el 2 (creo) el 5 (suplente), el 9, el 13 y el 14. Seis sobre quince. ¿Cuánto le cuesta a Toulon, R.C. esta plantilla? Pero asuntos fiscales aparte, que en Francia no se andan con macanas, como por aquí, el problema está en el entorno social que piensa en la selección francesa, que ha bajado de nivel de forma alarmante, entre otras cosas, por falta de líderes en el terreno de juego. No tienen fijos, ni medio de melée, ni medio de apertura ni zaguero. Esto no ha pasado nunca en, al menos, los últimos cincuenta años. Y “el pueblo” ya empieza a cuestionar el sistema Toulon, aunque a nivel de directivas, todos desearían tener ese problema. Pero la FFR se calla, de momento, y recordamos el plan progresivo en cinco años (ya han pasado tres), de la reducción progresiva de extranjeros en los clubs franceses, para proteger su selección nacional.

 Pero esto no es todo. Ahora el presidente de Toulon anuncia que va a fichar a los cuatro mejores jugadores del mundo. Con dos ….. No sabemos si en los cuatro entra el galés Halfpenny, que ya está fichado para la próxima temporada, pero seguiremos con el “casting” en el próximo comentario.

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