Los clubes planifican sus presupuestos contando con las subvenciones que las instituciones públicas vienen concediendo y que en la mayor parte de los casos constituye un porcentaje importante sobre el total de sus presupuestos.
Su influencia es tal, que los mas importantes clubes de Gipuzkoa desaparecerían sin estas aportaciones, o cambiarían radicalmente su política de fichajes y por tanto su nivel de competición. Pero ese es otro tipo de debate. Y además, de gran calado.
Alguien tiene que ordenar el impacto que la influencia del deporte tiene en la Sociedad, y sólo Uds. pueden hacerlo. Tienen el cometido y los medios.
Es evidente que las instituciones participan en el funcionamiento del deporte, condicionando el funcionamiento de los clubes y el de las federaciones deportivas, modificando, homogeneizando comportamientos y hábitos sin tener en cuenta que cada deporte tiene una problemática o una idiosincrasia diferente. Y eso es bonito y enriquecedor para los deportistas. Cada indivíduo se une a la actividad que más le gusta o va con sus características físicas y psíquicas. Para el ámbito de las instituciones debería ser prioritario el bienestar social, la salud física y mental, la estabilidad emocional, la cohesión social, etc., a través del deporte. Un componente total social.
Pero uds. se han empeñado en regular el funcionamiento de las federaciones. Y ahí fallan. En teoría,las federaciones deportivas tienen más experiencia y conocimientos que uds. en cada uno de sus deportes. Y ya que las instituciones cofinancian las federaciones, es lógico que vigilen el buen fin de los fondos, pero, por ejemplo, no saben formar entrenadores de rugby. Y han intervenido como un elefante en una cacharrería. Y seguro que quienes lo han puesto en marcha le encuentra ventajas desde una óptica funcionarial y que piensan que la homogeneización es eficacia a efectos de control oficial, estadística, etc.. Pero no hay entrenadores de rugby. ¿Motivos? Sus normas. Un trabajo para uds. a este respecto: vayan a los partidos de cadete para arriba, a ver como les dirigen. Y más aún: vayan a todos los entrenamientos que puedan, a ver cómo les educan y adiestran, y de paso, en qué instalaciones ,y su estado, entrenan y se duchan.
Por ahí hay que empezar, que es nuestra juventud. Y si hay dinero para el deporte, esa puede ser una prioridad rentable. Pueden empezar por aplicar el tiempo de despacho en tiempo de instalaciones deportivas. Que no sólo de inauguraciones vive el deporte.
Y hablando de jóvenes y deporte. Recientemente se publicaba en la prensa un trabajo en el cual el programa de la D.F. de Gipuzkoa “Eutsi Kirolari” exponía sus áreas de apoyo al deportista (ojo) promesa, asignándoles una tutela personalizada on-line, telefónica Vamos, una personalidad en formación que nunca se sabrá lo que hubiese sido siendo libre y espontáneo. Solucionando los problemas con sus medios. Reaccionando ante las adversidades sin tutelas. Aprovechando el tiempo libre uniéndose a la sociedad, a su cuadrilla, practicando un deporte divertido.
En estos tiempos en que los entrenadores comprueban la sobreprotección que tienen los jugadores en el seno de sus familias, convirtiéndoles con frecuencia en jóvenes temerosos ante la aventura lúdico/física de improvisar una jugada con riesgo, uds. la multiplican con tutelas innecesarias, improcedentes o absurdas. ¿Pretenden demostrar que ese es el mejor camino para, como los post modernos, conseguir la excelencia deportiva? Si lo consiguen en algún caso, nos parece un precio muy alto para el deportista.
Si miramos a la sociedad en general, una parte importante de fracasos sociales, y seguro que todos conocemos algún caso cercano, lo componen exdeportistas en su día mimados y hoy olvidados, cuando no despreciados.
Hablan de crecimiento personal y eso queda bien. Pero las personas que no practican deporte también tienen su crecimiento personal sin tutela on-line, telefónica ni psicológica
Nuestro punto de vista: . La educación y formación de las personas depende de la familia, los centros de enseñanza a todos los niveles, y la sociedad. El deporte es secundario. Es un divertimento también formativo y de bienestar físico, cuando se practica dentro de las posibilidades que cada organismo soporta, incluido el exceso puntual de un esfuerzo. Y practicado en grupo elimina más toxinas mentales, que tampoco está nada mal. Hay muchas profesiones fuera del deporte. El que quiera vivir del deporte ya se preocupará de formarse para competir en el mercado laboral. Si hay que becar puntualmente a un deportista para acudir a un curso de perfeccionamiento o una competición, se le ayuda. Pero nada permanente ni tutelado. Por higiene mental y por agravio comparativo Para la distribución de ayudas en competiciones profesionales, Kirolgi es un ejemplo. El resto de subvenciones, a los clubes; eso sí, a los que lo merezcan por su trabajo social a través del deporte, y aquí incluimos el ejercicio físico estimulante y las competiciones deportivas.
Mercado Verano 2015/16
Hace 11 años
¡Hola, Luis Mari! me parece fabuloso que te hayas animado a editar un blog. Y veo que ya tienes un buen montón de entradas.
ResponderEliminarMe gusta tu estilo de redacción claro y dicecto.
Ten en cuenta que un blog es un elemento muy visual y conviene colocar fotos o ilustraciones.
Te recomiendo también que pongas enlaces a otras páginas de Rugby en la barra lateral.
Te seguiré y espero ir entendiendo algo de la situación del rugby actual.